Opinión
Dios no lo quiera, pero si el “Proyecto de Sometimiento” se convierte en Ley… ¿a dónde iremos a parar?
Por José F. Lafaurie* - Mientras el presidente sacaba pecho en Osaka con la lechona colombo-japonesa-mexicana, y su ministro delegatario en Bogotá con la clasificación de la selección Colombia gracias al gobierno Petro - ¡vaya osadía! -, este último también firmaba la resolución para convertir a una mafia narcoterrorista, las Autodefensas Gaitanistas (antes Clan del Golfo, Urabeños, Clan Úsuga), en Grupo Armado Organizado, GAO, bajo el nombre de Ejército Gaitanista de Colombia, EGC.
Benedetti afirmó que este nuevo “ejército” no tendrá “estatus político”, y es cierto a la luz del Derecho Internacional Humanitario, porque esa condición deviene del “estatus de beligerancia”, que reconoce a un Grupo Armado Organizado como parte en un “conflicto armado no internacional”, es decir, legitima la sublevación contra un gobierno y, por tanto, el derecho a negociar de igual a igual para remover las causas de esa sublevación legitimada. Las Farc siempre exigieron la “beligerancia”, pero nunca la obtuvieron, sobre todo porque les obligaba, como parte en conflicto, a cumplir con el DIH, el cual violaron sistemáticamente. Sin embargo, sin beligerancia ni estatus político, negociaron y pusieron patas arriba las instituciones como si lo tuvieran.
Hoy, con esa incoherencia que se ha vuelto marca del Gobierno, de dientes para afuera se afirma que esos grupos delincuenciales no tienen ni tendrán estatus político, cuando el Gobierno mismo se lo reconoció, en forma de “mico”, en la llamada Ley de Paz Total, la cual diferencia entre “Grupos Armados Organizados al margen de la Ley” y “Estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto”, ambos, como dicen en el Caribe, “cucarachas del mismo calabazo”, pero mientras el Gobierno podrá negociar con las “Estructuras” solamente su sometimiento, con los GAO podrá negociar y lograr acuerdos para, entre otras cosas, “la creación de condiciones que propendan por un orden político, social y económico justo” (Ley 2272 de 2022. Art. 5º). Así que no nos vengan con cuentos de que el Ejército Gaitanista, recién ascendido a GAO, no tendrá “estatus político”.
Ahora bien, resulta paradójico que mientras unos bregan por entrar, otros luchan por salir. En efecto, una de las exigencias del Eln ha sido la exclusión de la lista de Grupos Armados Organizados, y seguirá insistiendo en ello, más ahora que el Clan del Golfo ingresó maquillado a esa lista, porque los elenos se consideran la última y única guerrilla subversiva con carácter político por derecho propio, condición que, para ellos, no solo legitima todas las formas de lucha, es decir, toda su barbarie, sino que les otorga una suerte de derecho especial de negociación, que tiene como telón de fondo el exabrupto de las negociaciones de Santos con las Farc.
Ahora mismo circula el video de Pablo Beltrán, uniformado y con escarapela al hombro, buscando espacios para retomar los diálogos, aunque exigiendo que el país cambie a su acomodo, sin que ellos cambien, dejen de sojuzgar e instrumentalizar a las comunidades campesinas e indígenas…, dejen de tumbar helicópteros y asesinar soldados y policías.
Hoy el Gobierno tiene acercamientos con el Ejército Gaitanista ¡en Catar!, y quizás se vuelva a sentar con el Eln, con las disidencias y reincidencias, y hasta convoque a los delincuentes que acompañaron a Petro en “el tarimazo” en Medellín, abriéndole camino a su “Proyecto de Sometimiento”, otro ejercicio de impunidad masiva sin posibilidades en época electoral y con un gobierno agonizante, pero en campaña para perpetuar su proyecto político.
Así las cosas, ¿esta nueva oleada de “dialoguitis” gubernamental responde a sus anhelos de paz o a sus anhelos electorales? Y, Dios no lo quiera, pero si el “Proyecto de Sometimiento” se convierte en Ley… ¿a dónde iremos a parar?
Bogotá, D. C, 15 de septiembre de 2025
Presidente de FEDEGAN
@jflafaurie
Write comment (0 Comments)Dirigentes y partidos obstaculizan proyectos y programas, existiendo problemas que requieren urgente solución como es el caso del sistema de salud o las dificultades presupuestales.
Por José G. Hernández*. - El equilibrio entre las ramas y órganos del poder público, su independencia y autonomía, sin perjuicio de la colaboración armónica entre ellos -haciendo cada uno lo que le corresponde- son elementos esenciales para la vigencia de una auténtica democracia y para cumplir los propósitos del Estado Social de Derecho.
Como se instituyó a partir del pensamiento de Montesquieu: dado que quien tiene poder suele inclinarse a retenerlo y hay muchos que abusan o quieren abusar del poder, es preciso que, por disposición e imperativo del orden jurídico, el poder detenga y controle al poder. Que no esté concentrado, como puede estarlo en monarquías o dictaduras, sino que se distribuya, de modo que exista un equilibrio entre ramas y órganos independientes, según reglas predeterminadas que contemplen un sistema eficaz de frenos y contrapesos.
Según el artículo 113 de la Constitución colombiana, además de los órganos que integran las tradicionales ramas legislativa, ejecutiva y judicial, existen otros, autónomos e independientes, para el cumplimiento de las demás funciones del Estado. Agrega la norma que, si bien tienen funciones separadas, todos ellos colaboran armónicamente para la realización de los fines estatales, que son los previstos en el artículo 2 : “servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo”.
Dice el artículo 121: "Ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley".
La polarización política existente ha dado lugar a una enorme desfiguración de la democracia y a erróneas interpretaciones de la preceptiva fundamental, en detrimento de los señalados fines estatales, que deberían prevalecer sobre el interés puramente político. Dirigentes y partidos obstaculizan proyectos y programas, existiendo problemas que requieren urgente solución como es el caso del sistema de salud o las dificultades presupuestales. De uno y otro lado, no hay sino enfrentamiento. No se dialoga, no se razona, no se discute, no se intenta conciliar ni se formulan contrapropuestas, y se frustran los debates sobre leyes y reformas de gran importancia.
El Ejecutivo, por su parte, sigue insistiendo en la necesidad de convocar una asamblea constituyente, sin señalar sobre cuáles materias versaría y a sabiendas de que, requiriéndose una ley previa, con mayorías calificadas, es muy probable que tal propuesta fracase, como ocurrió con la convocatoria a la consulta popular en materia laboral.
No hay, entonces, la colaboración armónica que ordena la Constitución, toda vez que no hay coordinación sino peleas y rivalidades entre órganos y poderes. Pero tampoco hay respeto a la separación funcional, como lo hemos visto cuando varios alcaldes, sin coordinación con el presidente de la República -a quien compete la dirección de las relaciones exteriores- viajan a Estados Unidos para hablar -en una supuesta representación de Colombia- sobre decisiones de claro interés nacional -no local-, desbordando el campo de sus específicas competencias.
Bogotá, D. C, 11 de septiembre 2025
*Expresidente de la Corte Constitucional
Write comment (0 Comments)Petro se debe despojar de esa chaqueta “verde perico”, que lo alucina, lo llena de ira y lo aleja de todo lo que busca nuestra patria.
Por Gabriel Ortiz*. - De la noche a la mañana todo empezó a cambiar. Se inició cuando el presidente Petro se enteró que su gobierno se debilitaba y sus huestes tomaban inconsultas decisiones, sin importar las consecuencias de esas herejías y sacrilegios.
Fue el instante en que Petro se irrita, grita, se crispa y amenaza con estampar sus firmas, usar la tele y los consejos de ministros para degradar, destituir, expulsar, licenciar y cambiar a quien pose contrariarlo, o saque la maleta al menor de sus caprichos.
Laura, el Pastor, 50 ministros, centenares de funcionarios y excompañeros del M19, empezaron a conocer el asfalto y palpar el significado soledad, desprecio, descrédito y sol a las espaldas, mientras el ídolo disfruta y goza las mieles del poder.
El presidente completó el pasado 7 de agosto tres años disfrutando a sus anchas de lo divino y lo humano. 36 meses sin que nadie le roncara, ni en las alturas del Fac-1, ni en el lecho de San Carlos. Solo lo rondaban aceptaciones. “Sí señor, claro presidente, tiene toda la razón, que nadie se oponga, hay presupuesto, existen los fondos, se queda dormido, se pierde y desaparece, alucina, delira, desvaría ilusiona” y nada ocurre.
Pero en septiembre, antes de noviembre, como lo narra Gabo en su libro, “llega el Arzobispo”. La fortuna no podía desamparar a un país, un pueblo, una sociedad. El gran poder tiembla y empieza a desmoronarse.
Quiso imponer a una jurista como magistrada de la Corte Constitucional, aplicando toda suerte de maniobras que incluyeron presiones al Congreso, como elector. Soñó con sus decretazos, modificación de las legislaciones y reformas constitucionales.
Tras esto y aquello, continúa el derrumbe con la asesoría del ministro Benedetti, a quien su melodía también desafina y falla.
Carlos Camargo, notable Defensor del Pueblo fue elegido magistrado, mayoritariamente por un Congreso firme, decidido e independiente. Petro quedó viendo un chispero, a tal punto, que se vengó destituyendo a tres de sus nerviosos ministros, que hasta donde se sabe, nada tenían que ver con el asunto.
El jefe de estado no frenó sus ímpetus, ni su irritación. Alguien debía pagar o atenuar esa ira. Procedió entonces a injuriar al nuevo magistrado, a la Corte Constitucional y en general, a la Justicia. Al Congreso lo tildó de amañado, porque no le entregó la votación que él quería alcanzar. Nuestros legisladores tampoco fueron, los títeres que esperaba Petro.
Total: estamos ingresado a un país que respeta los tres poderes y se prepara para que el pueblo y la sociedad en general, saquen adelante las normas, las instituciones y todas las reformas que viene esperando durante tantos años.
La nación, sus gentes, su dirigencia y hasta la tal izquierda, creyeron en el “gobierno de unidad nacional” que Ocampo y Petro acordaron, junto con la dirigencia colombiana de entonces. El engaño fue general para millones de votantes que quieren, buscan y reclaman un gobierno, un Estado y una comunidad de transición, con justicia y paz. El presidente Petro, tiene la obligación de pisar tierra y permitir el resurgir de una patria equitativa, que conduzca a estos 51 millones de habitantes hacia la meta del desarrollo, de la igualdad, la legalidad y una paz real y efectiva, alejada de los retazos que hoy quiere plantearle el actual mandatario, con una creciente guerrilla apoyada en el narcotráfico.
Petro se debe despojar de esa chaqueta “verde perico”, que lo alucina, lo llena de ira y lo aleja de todo lo que busca nuestra patria. A nada nos conducen los ríos de leche y miel con miles de millones de toneladas de platos de lechona tolimense que inundarán el planeta para enriquecernos.
Vamos tras el anhelo de nuestro pueblo, nuestra gente, nuestras instituciones y en general de esa conciencia nacional que nos anima.
BLANCO: Felicitaciones al médico y científico colombiano Alvaro Arenas, Electrofisiologo de la Fundación Cardioinfantil, quien fue nominado como miembro de honor asociado de Sigma Xi, la más importante agremiación científica del mundo.
Bogotá, D. C, 12 de septiembre 2025
Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.
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Si no es ECOPETROL quien importaría el gas desde Venezuela, quién lo haría.
Por Amylkar D. Acosta M*. - Vamos a “reactivar el suministro de gas desde Venezuela”, ha dicho el Ministro de Minas y Energía Edwin Palma, cuando desde allá Colombia no ha recibido una sola molécula de gas, no se puede reactivar lo que nunca ha estado activo. Colombia cumplió su parte y durante 7 años (2008-2015), más allá de lo pactado, le suministró a Venezuela, en promedio 150 MMPCD.
Bueno es recordar que Venezuela nunca cumplió con su parte, que le obligaba a corresponder proporcionándole a Colombia el mismo volumen a partir de 2011. Así quedó consignado en el contrato que firmaron Chaves y Uribe en mayo de 2007, dándole vida al gasoducto Transcaribeño Antonio Ricaute, que une a La Guajira con el Estado Zulia. Venezuela nos puso conejo!
Además de los “retos técnicos, jurídicos y económicos, y en eso estamos concentrando la gestión pública”, que, según el Ministro Palma, al afirmar que “no es un camino sencillo, pero estamos avanzando”, están de por medio las sanciones impuestas por los EEUU a Venezuela y solo con la aquiescencia de la Oficina de control de activos extranjeros (OFAC), que depende del Departamento del Tesoro de los EEUU, que complican la viabilidad de cualquier acuerdo para reactivar el contrato incumplido, que está vigente hasta el 2027, se podrá avanzar en dicho propósito. A no ser que el Presidente Petro quiera desafiar al altanero de Trump, exponiendo al país a las mismas represalias arancelarias (25%) que les está aplicando a los países que le compren petróleo o gas a la dictadura de Nicolás Maduro. ¡Le saldría a Colombia más caro el caldo que los huevos!
Ante la afirmación del Ministro Palma de que se ha impuesto “el reto de traer la primera molécula de gas desde Venezuela antes de terminar el año”, cabe preguntarse qué ha cambiado desde agosto del año pasado, cuando el ex ministro Andrés Camacho aseguró ante el Congreso de la República que “ni política, ni financiera o técnicamente vamos a poder importar gas desde Venezuela”. Dicho sea de paso. ECOPETROL le solicitó a la OFAC su autorización para importar gas desde Venezuela en noviembre de 2022 y sólo ha recibido la callada por respuesta.
No es previsible que en el corto plazo Venezuela pueda disponer de la infraestructura necesaria para transportar el gas desde el oriente de su territorio, que es donde están sus mayores reservas de gas natural, en la Perla, que se estiman en 9TPC, casi 4 veces las reservas probadas de Colombia, en un campo operado por Repsol y Eni, hasta empalmar con el desastrado gasoducto Antonio Ricaute en el Estado Zulia, que toca rehabilitar, lo cual demanda una cuantiosa inversión que la quebrada PDVSA no está en condiciones de asumir. A ello se ha venido a sumar el endurecimiento de las sanciones de los EEUU a Venezuela.
Este paso, en falso a mi juicio, según el Ministro Palma será “decisivo para romper con los monopolios y garantizar energía justa”, sin reparar en el hecho de que, si algún monopolio en materia de gas en el país quien lo ejerce es ECOPETROL, liderando la producción nacional, con el 72%, posee el 90% de las reservas probadas del país y es a la vez el segundo mayor consumidor, después de la industria, en sus refinerías acaparando más de 150 MMPCD.
Por lo demás, la Presidenta de la Junta directiva de ECOPETROL Mónica de Greiff ha sido categórica al afirmar en forma tajante que “nunca va a llegar gas de Venezuela a Colombia”. Lo descartó en forma terminante. Según ella, “ECOPETROL no puede importar gas de una compañía pública de Venezuela por las sanciones que le impondría Estados Unidos a ECOPETROL”. Interrogado por esta circunstancia, el Ministro Palma le salió al paso a las declaraciones de Mónica aseverando y asegurando olímpicamente que “ECOPETROL, aunque nuestra principal empresa, es un agente más, para traer gas de Venezuela no se necesita a ECOPETROL”. Esta si es ya la tapa, el Gobierno no cuenta con otra empresa distinta a esta, con el músculo financiero y la logística requeridos para dicha importación, por lo que se tendría que recurrir a la tan denostada empresa privada.
Cabe resaltar que esta posición del Ministro Palma va a contrapelo de la orden impartida por parte del propio Presidente Gustavo Petro, quien en desarrollo de un Consejo de ministros transmitido en directo reprendió y le llamó la atención, jalándole la oreja, al Presidente de ECOPETROL Ricardo Roa en los siguientes términos: “hermano no entiendo por qué ECOPETROL no está importando gas. El simple hecho que ECOPETROL no importa gas como sí importa gasolina está generando este negociado con los colombianos”, aludiendo a la importación de gas por los privados, Y fue más lejos el Presidente Petro al sentenciar: “la orden que yo le doy al Ministro de Minas es que mire a ver qué pasa en ECOPETROL y por qué no importa el gas y compite. Competencia, dice el capitalismo”.
En medio de esta cortina de humo, insistiendo en el embeleco de importar gas desde Venezuela y los desvaríos de la política energética que pone de manifiesto, queda flotando en el ambiente la pregunta: si no es ECOPETROL quien importaría el gas desde Venezuela, quién lo haría. De hecho ECOPETROL hace rato tomó la decisión, a través de su Junta directiva, de contratar la regasificación de gas en el Pacífico, para lo cual firmó el primer contrato de regasificación con la empresa PIO SAS (Puertos, Inversiones y Obras S.A.S), con una capacidad de 60 MMPCD, la cual entraría en operación en el segundo trimestre del año entrante. Aspira, además, siguiendo las instrucciones del Presidente Petro, a tener su propia planta regasificadora en La Guajira, aprovechando las facilidades que ofrecen las dos plataformas del campo Chuchupa y la estación de Ballena, desde donde parte el gasoducto que opera actualmente y que transporta el gas hasta Barrancabermeja, con una capacidad de 300 MMPCD, aproximadamente.
Bogotá, D. C, 9 de septiembre de 2025
*Economista. Expresidente del Congreso y Exministro de Minas y Energía.
Cota, septiembre 6 de 2025
www.amylkaracosta.net
Write comment (0 Comments)Cada vez más dejamos que la máquina piense por nosotros.
Por Robinson Castillo*. - Los algoritmos gobiernan en silencio. Un día hablas de zapatos deportivos y, de repente, tu celular empieza a mostrarte anuncios sobre ese producto. Ves un video de política y terminas atrapado de clips electorales. Nada es casualidad, nos ordenan la vida digital.
Su influencia es brutal. Lo que aparece en las redes no es asunto del azar, sino de fórmulas matemáticas que deciden qué noticias leer, qué música escuchar o qué candidato merece tu atención. El ciudadano moderno, más que elegir, es conducido sin darse cuenta por estos sistemas. Definen hasta de qué hablamos.
Las emociones en las que más enfatizan son el miedo, la rabia y la indignación. Generan más tiempo de conexión, por eso lo que más aparece no es necesariamente lo más cierto o útil, sino lo que polariza. La viralidad manda sobre la verdad.
En tiempos electorales se acentúa. Una frase polémica, un gesto calculado o rumor bien sembrado basta para que un candidato sea tendencia. No importa tanto la propuesta, sino la capacidad de activar al algoritmo. En ese escenario, las campañas electorales se juegan menos en plazas públicas y más en pantallas.
El filósofo Daniel Innerarity lo advierte con claridad: “El incremento de sistemas de decisión conducidos por algoritmos significa que las máquinas apoyan a los humanos en sus decisiones e incluso los sustituyen, en parte o completamente”. Es decir, cada vez más dejamos que la máquina piense por nosotros.
Y agrega: “El cómodo paternalismo de las sociedades algorítmicas consiste en que da a las personas lo que estas quieren, que se adelanta, invita y sugiere. Trasladar este modelo a la política no tendría mayores problemas si no fuera porque el precio de estas prestaciones suele ser el sacrificio de alguna esfera de libertad personal”.
Ese es el dilema. Nos ofrecen comodidad, pero a cambio entregamos autonomía. Cada recomendación, tendencia y noticia que aparece en nuestro feed es parte de un guión diseñado para mantenernos conectados, entretenidos y, muchas veces, manipulados.
Moldean la opinión pública con una fuerza incuestionable. Capturan uno de los bienes más preciados en la actualidad: Nuestra atención y nos convertimos en un usuario programado.
La solución no es huir de la tecnología, sino aprender a usarla con pensamiento crítico, contrastar fuentes, exigir transparencia a las plataformas y recordar que elegir sigue siendo un acto humano. Porque si no lo hacemos, los algoritmos seguirán gobernando en silencio, mientras creemos que somos nosotros quienes mandamos.
Bogotá, D. C, 11 de septiembre 2025
*Comunicador Social-Periodista Universidad Autónoma del Caribe con Maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia y Consultor internacional en Comunicación Parlamentaria.
Write comment (0 Comments)Es una falacia la afirmación del presidente Gustavo Petro en el sentido que “el mercado mundial de carbón se está acabando”.
Por Amylkar D. Acosta M. - La devolución de dos títulos al Estado por parte de PRODECO-GLENCOR tuvo lugar en 2021. Falló el gobierno Duque al no proceder a recibirlos y ofertarlos. Llegó este gobierno y el entonces Presidente de la ANM Álvaro Pardo dijo que en este cuatrienio “no se van a entregar más contratos de gran minería a cielo abierto y lo vamos a cumplir " y lo han cumplido. Y después de más de tres años de este gobierno es que se les ocurre dizque activar el llamado por él como “corredor de la vida” y que con tal fin van a “revisar proyectos”. Cuales? Es la pregunta.
Como es bien sabido todo proyecto debe pasar por un proceso de maduración, que empieza por su identificación y priorización? luego el perfil del mismo, su estructuración, diseño y entonces será cuando se pasa a la fase de ejecución, para lo cual es indispensable la asignación de los recursos para su financiación. Todo ello se toma su tiempo, los proyectos no se pueden madurar a punta de periódicos como los aguacates. Les alcanzará el tiempo o estos anuncios no pasarán de ser meros espejismos, para después decir como en la fábula de la zorra y las uvas, al no poder alcanzar un racimo de ellas, se disculparán diciendo que están verdes y amargas!
Con el cierre de las minas Calenturitas y La Jagua, además de su impacto en el empleo, dejando cesantes a más de 5.000 trabajadores y de privar a la Nación, al Departamento del Cesar y a los municipios de importantes ingresos ($500.000 millones anuales), amén de US $5.100 millones de dólares en divisas que le dejan de ingresar al país, al dejar de extraer y exportar 15 millones de toneladas de carbón al año.
El gobierno se vanagloria y hace alarde aduciendo que esta es la contribución de Colombia a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del Cambio climático. Pero, la realidad es otra, el mundo no deja de consumir carbón por el hecho de que Colombia deje de extraerlo y exportarlo. Eso es pensar con el deseo, pues, según la Ley de Keynes, toda demanda crea su propia oferta, así es que mientras haya quien consuma carbón habrá quien lo extraiga y lo venda y esos serán los países que compiten en el mercado de carbón con Colombia. En fin, con decisiones tan absurda como las tomadas por este gobierno, de marchitar prematuramente la industria del carbón, Colombia termina quedándose con el pecado y sin la gracia. 
 
 Es una falacia la afirmación del Presidente Gustavo Petro en el sentido que “el mercado mundial de carbón se está acabando”, que “el mercado mundial piensa lo mismo que yo, que el mundo ya no compra carbón”. A despecho de la Transición energética, hoy más que nunca el mundo está comprando y consumiendo carbón, las cifras, que no mienten, muestran que la demanda de carbón lleva 4 años batiendo su propio récord.
En efecto, en 2022, un año después del cierre de estas minas, alcanzó un récord histórico al registrar, según la Agencia internacional de energía (AIE) 8.415 millones de toneladas, para escalar hasta las 8.700 millones de toneladas en 2023 y luego hasta las 8.787 millones de toneladas en 2024 y se proyecta que para el 2028 en consumo mundial de carbón alcanzará los 9.000 millones de toneladas. Definitivamente dato mata relato!
De modo que estas afirmaciones del Presidente Petro, para utilizar la expresión del premio Nobel de Literatura Octavio Paz, está fuera de lugar, “a las afueras de la realidad”. Razón tenía la célebre escritora británica Virginia Wolf cuando afirmó que era más fácil matar un fantasma que matar a una realidad.
Según el Ministro de Minas y Energía Edwin Palma, en línea con el pensamiento del Presidente Petro y siguiendo a pie juntillas sus instrucciones plantea que “el mundo va a dejar de depender del carbón y el petróleo, debemos anticiparnos y diversificar la economía”. Pero no por madrugar amanece más temprano, no es posible llegar a la tarde sin pasar por el mediodía, diversificar la economía toma tiempo y para lograrlo se precisa contar con los recursos y hoy por hoy el carbón y el petróleo son las principales fuentes de los mismos. No se cuenta aún con fuentes alternativas.
Bien dijo John Maynard Keynes, el más célebre economista después de Adam Smith y David Ricardo, en una carta abierta al ex presidente de EEUU Franklin Délano Roosevelt en 1933 le advirtió que “apresurarse sería dañino cuando lograr la meta de largo plazo es más importante que el resultado inmediato”. Y esa “meta de largo plazo” no es otra que la Transición energética, que deberá darse de manera gradual, progresiva, inteligente y sin precipitaciones, quecomprometan y pongan en riesgo la seguridad energética del país.
Cota, agosto 30 de 2025
*Economista, Expresidente del Congreso y exministro de minas y energía.
Write comment (0 Comments)La suspensión de la regla fiscal se plasma en un acto administrativo que, como tal, es demandable ante el Consejo de Estado por “falsa motivación”.
Por Juan Camilo Restrepo*. - ¿En qué va a quedar los anuncios que hizo el Gobierno al presentar el Marco fiscal de Mediano Plazo (MFMP)?
En una reforma tributaria fallida, pues ni el Congreso ni el país aceptan en este momento más impuestos.
En más endeudamiento público, pues las compuertas de la prudencia que imponía la regla fiscal se han abierto de par en par al suspenderla.
El déficit fiscal más alto en la historia reciente que seguirá al alza.
En más gasto público burocrático, pues el Gobierno dice que no puede hacer nada distinto a continuar con el febril ritmo de crecimiento que trae.
Seguiremos entonces en las mismas: descontrol fiscal total acompañado ahora de más endeudamiento.
En palabras simples las cifras anunciadas por el ministro de Hacienda pueden resumirse así:
El déficit fiscal es enorme. Según Fedesarrollo el más alto de los últimos 120 años. Este año, dice el MFMP, cerraremos con un déficit de 7,1% del PIB. Hay motivos para sospechar que será mucho mayor.
En 2025 no se hace nada para corregir este déficit ni tampoco el enorme desajuste fiscal en que nos debatimos.
El conjunto de la propuesta gubernamental se reduce entonces: a más impuestos y a más endeudamiento. Pues hay cero moderación en el gasto. Y la suspensión de la regla fiscal que proporciona vía libre al mayor endeudamiento que se viene.
Así las cosas, resulta casi imposible que, con el clima que el Gobierno ha creado con una consulta popular que quiere meter a la brava, el Congreso le apruebe en el segundo semestre del 2025 una reforma tributaria por $19 billones (que entre otras cosas trae aumento del diésel y en el IVA) todo quedará reducido a una reforma tributaria fallida y a más deuda.
Y como la reforma tributaria casi con seguridad no la aprobará el Congreso y no se anuncia ningún propósito genuino de disminuir el febril incremento de gasto burocrático en que andamos, ello significará que no habrá ninguna desactivación de la bomba fiscal que está estallando.
Lo único que veremos entonces es un incremento importante de la deuda, pero para seguir en las mismas: es decir, para continuar con una situación fiscal insostenible y con un gasto en burocracia creciendo a todo vapor.
El ministro de Hacienda, en la presentación del Marco Fiscal 2025, efectivamente no dijo que la reforma tributaria que van a presentar fuera a elevar la tarifa general del IVA del 19% al 26%. Pero lo que sí dijo y escribió en el documento radicado es que el Gobierno quisiera hacer una revisión profunda del esquema del IVA, eliminando deducciones y exclusiones a productos que hoy lo tienen en cero.
Esta iniciativa no es descabellada. El IVA se ha convertido en la gran fuente de elusión fiscal en Colombia. El informe de la comisión que estudió los beneficios fiscales que existen en Colombia recomendó modificaciones muy profundas en este sentido.
El impacto de una medida de esta índole tendría (así se excluya los alimentos y a los sectores más débiles) un impacto fiscal muy superior a elevar la tarifa general del 19% al 26%. Y sería un paso correcto en la dirección de enfrentar el pavoroso déficit fiscal que vivimos.
Pero ante la bulla que se armó el ministerio de Hacienda salió presuroso a decir lo contrario a lo que había dicho: es decir, que no se tocará el IVA.
Lástima. Esto demuestra lo débilmente diseñado que tiene el Gobierno la reforma que va a presentar: al primer gruñido de protesta se apresuró a recular.
Le dispararon al tigre, y antes siquiera de matarlo se asustaron con el cuero.
Este episodio demuestra, además, que la reforma tributaria que se anuncia y que ni siquiera se ha redactado y mucho menos cuantificado, no va para ninguna parte.
En foro celebrado en el Externado de Colombia sobre la coyuntura fiscal que vive Colombia sostuve, además, lo siguiente:
La suspensión de la regla fiscal se plasma en un acto administrativo que, como tal, es demandable ante el Consejo de Estado por “falsa motivación”.
La situación fiscal es tan calamitosa que el próximo gobierno (pues éste ya dijo que no podía hacer nada salvo seguir endeudándose a manos llenas , continuar creciendo el gasto burocrático y asustar al país con una reforma tributaria), tendrá que buscar a grandes hacendistas, de la talla de un Esteban Jaramillo o de un Carlos Lleras, que con credibilidad , prestancia política y sin recurrir a prácticas corruptas como los cupos indicativos, restablezca los platos rotos de las finanzas públicas que entregará el gobierno Petro el 7 de agosto del 2026.
Bogotá, D. E, 20 de junio 2025
*Abogado y Economista. Exministro de Estado.
Write comment (0 Comments)Petro debe entender que “el silencio aterra” y que Colombia está despertando.
Por Gabriel Ortiz*. - Colombia marchó y el 15 de junio, se convierte en la liberación de un pueblo en poder de la muerte, el odio y cuanto atropello pueda existir.
El atentado contra Miguel Uribe Turbay hizo reaccionar a un país y a una sociedad fustigados y encerrados por quienes se pasean por plazas y lugares públicos vociferando, atemorizando y sembrando el miedo a cambio de “sanduchitos", transporte gratis y remuneración por un estado que solo busca populismo.
Como dice el poeta al observar las últimas manifestaciones: “su silencio aterra y solo el viento entre los sauces zumba”.
Los “estallidos sociales”, “la primera línea” y demás grupos se concentran para escuchar a un gobernante provocador pendenciero y desafiante, que irrita y obliga a las fuerzas ciudadanas a salir a las calles a reclamar pacíficamente lo que el Estado tiene obligación de suministrar.
Miguel se repone mientras Colombia hace lo propio con sus silenciosas apariciones para alcanzar el panorama que nos lleve a la Patria grata y prodigiosa que todos buscamos. Somos 50 millones tras un país que le garantice vida y bienestar.
Quieren que se ponga fin a la voracidad de un gobierno que va tras el dinero fácil con endeudamientos, reformas tributarias innecesarias, violación de la regla fiscal y tantos disfraces más, para embriagarse con las elecciones del 26.
No hay freno, por parte del presidente Petro, que ponga fin a las peroratas insultantes, írritas y exasperantes, a las que lo llevan sus frecuentes delirios. La Iglesia Católica lo reunió con los dirigentes de los otros dos poderes, buscando atemperar la frenética terminología. Todos, incluyendo a Petro firmaron el documento, que antes de 12 horas violó, cuando acusó al Registrador de sedición. El presidente quería obligarlo, con su “decretazo”, a realizar una consulta popular violando la Constitución. Por fortuna ese extraviado propósito fue borrado por el Senado, que lo votó negativamente, mientras el miércoles el Consejo de Estado le dijo a Petro: ¡respete la ley!
Al presidente todo le sigue saliendo mal, desde su elección que aún está siendo investigada. Ya sus llamados paros, no le funcionan. Al último programado para el lunes 16 de junio, casi nadie salió. Parece que solo Arias y otros directivos de la CUT lo hicieron.
Todo se lo desaprueban: sus negociaciones de paz total, agoniza, a pesar de todas las ventajas y perdones que les ha ofrecido a los grupos subversivos. El país entero está en poder de las Farc, las disidencias, el Eln, el Clan del golfo y demás grupos aparecidos durante su gobierno. La extorsión azota a capitales, ciudades y campos.
Nadie está seguro, como pudimos sentirlo con el atentado a Miguel Uribe Turbay. Otros líderes caen diariamente. Incluso él -Petro- dice que lo quieren asesinar.
Las encuestas lo dejan por el suelo como gobernante. La última realizada por la prestigiosa Invamer, le da un 64% de desaprobación y apenas un 29 de aprobación.
Petro debe entender que “el silencio aterra” y que Colombia está despertando.
BLANCO: La Corte Constitucional le da otro golpe a Petro. Le devolvió la reforma pensional.
NEGRO: La forma miserable de las bodegas informar sobre la salud de Miguel Uribe. Se falsificó informe de la Fundación Santa Fe para darlo por muerto.
Bogotá, D. C, 20 de junio 2025
Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.
Write comment (0 Comments)La violencia política se inicia con un muerto, pero es imprevisible cuantos muertos se requieren para que termine.
Por Carlos Ibáñez Muñoz*. - Viene un año aciago para la República. El crimen miserable perpetrado contra el joven senador y precandidato a la Presidencia Miguel Uribe Turbay, un representante de las nuevas generaciones puede convertirse en una víctima que conlleve a la retaliación, desquite o venganza de sectores que coincidían con su propuesta programática e ideológica.
Con mucho dolor y preocupación hago un llamado a todos los sectores de la vida nacional y de Santander para que no persistan, a través de los medios de comunicación o las redes sociales, en alimentar la pugnacidad y las diferencias de pensamiento. La mejor manera para restablecer la armonía es buscando la conciliación, respetando las diferencias, evitando la pugnacidad, honrando de esa manera el sacrificio de la joven y prometedora figura de la política.
Una profunda reflexión y un PROPÓSITO DE ENMIENDA ESPERANZADORA es un imperativo para la sociedad colombiana y santandereana para que cesen los agravios y los ultrajes.
Atizar las diferencias, invadir las redes de odios, rencores y resentimientos es combustible ideal para la conflagración política de consecuencias desastrosas.
Colombia en sus páginas negras de su historia política reciente tiene ejemplos cargados de muertos y ruina, como la violencia partidista, la muerte de Uribe Uribe, Gaitán, Galán, Jaramillo, Pizarro, Pardo Leal, todos candidatos presidenciales, el surgimiento de la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico, páginas estas que no deben repetirse.
Santander no se puede sustraer al propósito de enmienda y compromiso conciliatorio, al entendimiento y el respeto a las diferencias, hay que eliminar la tirria, el ultraje, el rencor y las emboscadas entre los contradictores políticos.
Quienes financian y manejan las redes de odio, los bodegueros pagos para calumniar, injuriar y ultrajar, los impostores, los extorsionistas, los chantajistas deben ser identificados y neutralizados por las autoridades sacándolos del espectro electromagnético, así como imponiéndoles fuertes sanciones.
La violencia política se inicia con un muerto, pero es imprevisible cuantos muertos se requieren para que termine.
Bogotá, D. C. 20 de junio 2025
Exalcalde de Bucaramanga
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Es necesario que se regrese al mutuo respeto, sin perjuicio de la libertad de pensamiento político.
Por José G. Hernández*. - La reunión que tuvo lugar en Bogotá este 16 de junio, por invitación del Cardenal Luis José Rueda y la Conferencia Episcopal, en la cual participaron el presidente de la República Gustavo Petro, las cabezas de las otras ramas y órganos del poder público y varios funcionarios, tuvo por objeto propiciar un acercamiento y explorar las posibilidades de un cambio sustancial en el ejercicio de la actividad pública y la controversia política.
La idea de los prelados no consistió en nada distinto que en buscar el diálogo y, como lo dijo el Cardenal, “sembrar algunas semillas de encuentro, de fraternidad y de confianza mutua y recíproca, necesaria para posteriores avances”. Es apenas un comienzo, una aproximación, un intento, pero muy importante, con miras a lograr -ojalá algún día- algo tan distante como la concordia y el debate respetuoso, en vez del perjudicial clima vigente, de mutuos ataques, insultos y violencia verbal.
Lo hemos venido expresando. Somos muchos los colombianos que pensamos igual y, por tanto, agradecemos y apoyamos la gestión de la Iglesia al respecto.
La polarización política que se ha adueñado del país desde hace unos años y llega hoy a un nivel inaguantable, ha causado y seguirá causando mucho daño en Colombia. El constante enfrentamiento entre el Gobierno Nacional, el Pacto Histórico, los congresistas y miembros de los partidos y movimientos de oposición, que tiene lugar a nivel nacional y se refleja también en departamentos, distritos y municipios, obstruye constantemente el adecuado funcionamiento del Estado, impide la expedición de las leyes, desconoce principios constitucionales fundamentales, conspira contra el interés general y perjudica ostensiblemente a las comunidades.
En muchos casos, la agresividad del discurso y los ofensivos términos en que los unos se refieren a los otros inciden en el comportamiento de personas que se dejan llevar por las posiciones extremas y no vacilan en agraviar, amenazar, calumniar y hasta en usar la violencia física contra aquellos a quienes consideran sus enemigos, porque eso es lo que han escuchado de los dirigentes, en arengas, en manifestaciones y reuniones, en redes sociales, en medios de comunicación y hasta en sesiones del Congreso y en consejos de ministros.
Inclusive, la bien intencionada “marcha del silencio”, que buscaba unión -a propósito del absurdo atentado contra Miguel Uribe- terminó en ataques verbales y físicos contra periodistas, solamente por ejercer su trabajo en un determinado canal de televisión. Los agresores creían que ese era su deber; que la marcha era para eso e incurrieron en el delito. En muchos lugares, no hubo silencio sino gritos y ofensas.
En el Congreso, algo tan normal como el trámite del proyecto de ley de presupuesto se hizo imposible por causa del premeditado ausentismo. No hubo quórum, la iniciativa no se discutió; no pudo expedirse y el presidente de la República tuvo que ponerla en vigencia por decreto.
Lo mismo aconteció con el proyecto de reforma laboral, que buscaba devolver garantías a los trabajadores. Se archivó sin ningún debate y el país no ha salido del incomprensible enfrentamiento por la consulta popular.
Es necesario que se regrese al mutuo respeto, sin perjuicio de la libertad de pensamiento político.
Bogotá, D. C, 18 de junio de 2025
*Expresidente de la Corte Constitucional.
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