Opinión
El miedo a las matemáticas no solo es emocional, sino que tiene un impacto neurológico real.
Por: Humberto Méndez Rojas*. - Comúnmente suelo escribir sobre temas jurídicos y de derecho electoral, campos en los que me he formado y en los que desarrollo mi ejercicio profesional. Sin embargo, hoy quiero hacer una pausa para abordar un tema que trasciende disciplinas y afecta profundamente el desarrollo de nuestra sociedad: la relación con las matemáticas.
Hoy, 14 de marzo, se celebra el Día Internacional de las Matemáticas, proclamado así por la UNESCO en el año 2019. Es el momento ideal para reflexionar sobre el papel fundamental de esta disciplina, considerada por Galileo Galilei, como el lenguaje universal que rige nuestro mundo. Como él mismo expresó: "Las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el universo".
Las matemáticas no solo han sido la base del desarrollo científico, sino que en esta era digital son el motor de la innovación. Gracias a ellas, hoy contamos con tecnologías que han transformado nuestra forma de vivir, trabajar y comunicarnos. Desde la inteligencia artificial hasta la ciberseguridad, desde el análisis de datos hasta las finanzas digitales, todo se sustenta en principios matemáticos.
Sin embargo, más allá de los indicadores de desempeño académico, es importante hablar de un fenómeno que afecta profundamente el aprendizaje en nuestra sociedad: el miedo a las matemáticas. Desde la infancia, muchas personas desarrollan una ansiedad matemática que se transmite de generación en generación, es decir, de padres a hijos, afectando la confianza y el rendimiento en este campo del saber, desde temprana edad.
Este temor no es un simple mito. Diversos estudios han demostrado que la ansiedad matemática puede bloquear el aprendizaje y afectar el rendimiento académico. Investigaciones como las del psicólogo Daniel Ansari, de la Universidad de Western Ontario, y de la doctora Sian Beilock, de la Universidad de Columbia, han demostrado que la ansiedad matemática activa regiones del cerebro asociadas al dolor y el miedo, lo que puede limitar la capacidad de resolver problemas de forma efectiva. Es decir, el miedo a las matemáticas no solo es emocional, sino que tiene un impacto neurológico real.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Muchas veces, el problema no es la matemática en sí, sino la forma en que se nos ha enseñado. Métodos rígidos, falta de conexión con la vida cotidiana y una cultura que refuerza la idea de que “las matemáticas son solo para genios” han contribuido a esta fobia. Jo Boaler, profesora de la Universidad de Stanford, comprobó en una investigación que este miedo no es innato, sino que se construye culturalmente, limitando el aprendizaje.
A nivel nacional, Colombia enfrenta grandes desafíos en esta área. Según el Informe PISA 2022, nuestro país obtuvo un puntaje promedio de 383 en matemáticas, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE (473 puntos). Estos resultados reflejan la urgencia de reforzar la enseñanza de las matemáticas en todos los niveles educativos.
Si no rompemos con este ciclo, continuaremos formando generaciones con miedo a los números y limitando sus oportunidades en una sociedad cada vez más tecnológica y basada en datos.
Por ello, es fundamental que desde el Ministerio de Educación Nacional (MEN) se implementen acciones concretas para transformar esta realidad, tales como:
Capacitación docente en metodologías innovadoras que reduzcan la ansiedad matemática.
Estrategias pedagógicas que vinculen las matemáticas con situaciones de la vida real y el desarrollo profesional.
Mayor inversión en recursos tecnológicos y didácticos que dinamicen el aprendizaje.
Campañas para cambiar la percepción cultural de que las matemáticas son difíciles y exclusivas para unos pocos.
Programas de acompañamiento y refuerzo escolar para estudiantes con dificultades en la materia.
El Día Internacional de las Matemáticas no debe ser solo una conmemoración, sino una oportunidad para transformar la relación que nuestra sociedad tiene con esta disciplina. No se trata de memorizar fórmulas, sino de desarrollar el pensamiento lógico, la creatividad y la resolución de problemas.
Romper el miedo a las matemáticas es el primer paso para construir una ciudad más innovadora y competitiva, como la demandan los tiempos modernos.
Bogotá, D. C, 14 de marzo 2025
*Abogado especialista en Derecho Público. Magíster (c) en Administración Pública. Consultor y litigante en Derecho Electoral.
Write comment (0 Comments)Colombia entera está a tiempo de unir a todo su pueblo para salvar la democracia
Por Gabriel Ortiz*. - Se le ha rebotado y con todo ímpetu la fiebre parlamentaria a quien hoy trata de imponer, abusar, excederse y aprovechar el régimen ejecutivo, junto con conserjes y alguaciles que lo siguen a ciegas, sin respeto por nuestra democracia.
El gobernante, mucho antes de posesionarse, abrió las puertas a lo que iba a ser su mandato, para acomodar fichas claves que permitieran manejar las más productivas posiciones.
Según lo denunció quien iba a encargarse de impuestos y aduanas y posteriormente la cartera de Desarrollo, el economista Luis Carles Reyes, le cayeron, nada menos y nada más que el prominente Armando Benedetti y la influyente Adelina Cobo, acompañados por el hijo del nuevo presidente Nicolás Petro. Querían manejar impuestos y aduanas, que según se ha descubierto, estarían en poder del contrabando, incluido el “papa pitufo”.
Había otros conserjes rondando a quienes se había o estaban escogiendo para los más altos y productivos cargos.
Tomadas las fuerzas del poder, empezaron a conocerse designaciones en entidades que terminaron en manos de la corrupción. Los escándalos rodearon a cuanta jefatura existiera en los hilos del poder. Se incluyó en esa horda de tramitadores y gestores a fieles y cercanos funcionarios, muchos de los cuales dejó al descubierto el doctor Reyes: uno de ellos, quién lo creyera, estaba el ministro Bonilla.
Pero la estrella de todo el embrollo era Benedetti, estrecha mano derecha del gobernante. El del engorroso e incómodo dialogo con la hoy canciller, donde se dieron a conocer los 15 mil millones de pesos que ingresaron a la campaña y docto en alcahuetear temas políticos ocultos para beneficios futuros. Fue piedra angular durante la campaña, parece que conoció a Pitufo, desempeño sin éxito la embajada en Caracas, luego fue enviado a la FAO en Roma, en España enfrentó líos y finalmente aterrizó en Bogotá, para asumir importante cargo al lado del mandamás, cosa que lo frenó, cuando el consejo de ministro en pleno lo repudió.
Imposible darse por vencido con semejante sabiduría y poder que conlleva la cercanía al mandamás. Con sus manos llenas de mermelada doblegó al congreso que aprobó a medias la reforma a la salud, pero que tiembla en el Senado.
El todo poderoso, quiere más y sabe que requiere de todo el botín presupuestal para imponer su propia democracia. Quiere revivir sus destrezas parlamentarias y ejercer así los poderes ejecutivo y legislativo. Sus consejos de ministros los ha convertido en foros resucitar sus hábiles debates.
Quiere apoderarse del Congreso y prepararse para asumir el poder judicial, al que desconoce y se burla, como ha ocurrió, con la orden de entregar los fondos a la salud.
Su objetivo es agrupar en sus manos los tres poderes para, junto con el presupuesto que tiene desparramado y oculto imponer su fracasado y ruinoso “cambio” que no supo construir. Ya amenazó al congreso, con amenazante advertencia “madurista”, en caso de negarse las reformas: “habrá ruptura”. ¿Será que lo cierra?
Colombia entera está a tiempo de unir a todo su pueblo para salvar la democracia y establecer con fortaleza un estado que nos lleve al progreso, la estabilidad, la paz y los anhelos que lo liberen del despotismo y la indiferencia.
BLANCO: Es imposible que solo el presidente y dos o tres ministros, sean quienes encuentren algo bueno para el pueblo en las reformas laboral y de salud.
NEGRO: El abuso y el secuestro de nuestras fuerzas del orden por los grupos que, apoyados por los narcos, siembran el pánico en todo el país.
Bogotá, D. C, 14 de marzo 20225
*Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.
Write comment (0 Comments)Para convertir esta región en el nuevo eje del desarrollo nacional hay que resolver dos barreras clave. La primera es la seguridad jurídica de la propiedad de la tierra la cual se ve afectada por la UAF.
Por José Manuel Restrepo Abondano*. - La Orinoquía es futuro!!. Esta vasta extensión de tierras fértiles, biodiversidad y cultura tienen el potencial de transformar nuestra economía, impulsar el crecimiento del PIB y garantizar soberanía alimentaria.
En 2023, el país gastó 13,4 billones de pesos en importación de soya y maíz, dos productos esenciales para la producción de huevo, pollo, cerdo y pescado. Para ponerlo en perspectiva, las exportaciones de café de 2023 generaron 11.9 billones de pesos. Es decir, Colombia está enviando al exterior más dinero del que recibe por uno de sus productos estrella, solo para cubrir una necesidad que podríamos suplir localmente.
Brasil ya lo hizo. Mato Grosso, hace décadas una región poco explotada, es hoy el corazón agrícola del país. Con inversión, infraestructura y reglas claras sobre la propiedad de la tierra, pasó de ser una zona marginal a convertirse en el mayor productor de soya y maíz de Brasil, generando 175 billones de reales anuales. No fue magia, sino visión. Mato Grosso no esperó, no dudó ¿Por qué Colombia no hace lo mismo?
Para convertir esta región en el nuevo eje del desarrollo nacional hay que resolver dos barreras clave. La primera es la seguridad jurídica de la propiedad de la tierra la cual se ve afectada por la UAF. Sin reglas claras, no hay inversión, y sin inversión, no hay desarrollo.
La segunda es la infraestructura. No se puede pretender que una región despegue cuando sus vías se convierten en lodazales durante ocho meses al año. Sin carreteras adecuadas, no hay agricultura posible y no hay manera de llevar insumos ni sacar productos al mercado.
Pero el tema no es sólo agroindustria. Hoy la Orinoquía, tiene además el potencial de ser destino de turismo biodiverso, de aventura y cultural de dimensiones extraordinarias. Sus paisajes, la cercana puerta de entrada a la Amazonía, sus expresiones de música y arte, la hospitalidad del llanero, el patrimonio histórico de nuestros primeros habitantes, los potenciales vínculos de la agroindustria y el turismo, entre otros asuntos, hacen de esta tierra una oportunidad para este nuevo petróleo. Oportunidad en marcha, porque Casanare lo ha logrado con sus Safaris llaneros, Guaviare arranca a mostrarse al mundo y Meta o Vichada tiene muchos destinos y experiencias extraordinarias (v.g. Rio Guejar o Tuparro). Pero al igual que en agroindustria, necesita conectividad, formalización, inversión en infraestructura, incentivos tributarios y mucha seguridad en la zona (v.g Arauca).
Este desarrollo tendría un impacto significativo en la economía nacional. Se estima que, en el mediano plazo, el impulso de la Orinoquía podría contribuir con hasta un 2% adicional al PIB total del país, un crecimiento generable con rapidez y sostenibilidad.
Lo que falta es decisión política. El próximo presidente tiene en sus manos una oportunidad histórica: seguir administrando la escasez o apostar por un proyecto de país que marque la diferencia. Esta no es una propuesta utópica, es una estrategia realista y urgente.
La Orinoquía está esperando. Si Colombia quiere crecer, si quiere ser autosuficiente, si quiere ser destino único de turismo sostenible, debe mirar hacia su propio “ombligo”. Apostar por la Orinoquía no es una opción, es la decisión que cambiará la historia del país.
Bogotá, D. C, 12 de marzo 2025
*Exministro de Hacienda; Comercio, Industria y Turismo. Rector de la EIA
Write comment (0 Comments)El Estado no puede claudicar ante la delincuencia.
Por José Gregorio Hernández Galindo*. - Colombia es un Estado de Derecho, en el que, a lo largo y ancho del territorio, deben imperar las reglas establecidas en la Constitución y las leyes. Pero se está volviendo corriente que, en ciertas zonas, eso no se cumpla.
La semana pasada, en El Plateado y otros municipios del Cauca, veintinueve uniformados -veintiocho de la Policía Nacional y uno del Ejército-, fueron secuestrados y -como pudo verlo todo el país en medios y redes- permanecieron, durante más de cuarenta horas, indefensos, dominados, exhibidos y rodeados de cientos de personas civiles, desde luego manipuladas por la delincuencia, pero coautoras del delito.
Tan grave hecho dio lugar a la integración de una comisión humanitaria integrada por la Defensoría del Pueblo, la Iglesia Católica, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de los Estados Americanos y el Ministerio del Interior, que entró en diálogo y negociación con la comunidad, logrando finalmente la liberación de los plagiados.
Las cosas por su nombre: lo ocurrido no fue una “retención” sino un delito. Fue un secuestro, y la administración de justicia debe investigar y sancionar a quienes lo cometieron.
Horas después, hubo nuevos delitos. Se informó que las comunidades, por orden de las organizaciones delictivas que dominan la zona, quemaron una casa adaptada como estación de Policía. Además, según medios de comunicación, estarían cerca de 1.000 personas concentradas en El Plateado con el propósito de perpetrar una gran asonada, para expulsar a la fuerza pública.
Según el Ministerio de Defensa, el delito proviene de la organización terrorista ‘Carlos Patiño’, que lleva a cabo prácticas de reclutamiento forzado de menores y coacción sobre la población civil.
La Corte Constitucional ha subrayado que “es deber del Estado mantener la convivencia pacífica e instaurar un sistema jurídico-político estable, para constituir la protección a la vida como una de las obligaciones del gobernante sin las cuales no es posible la continuidad de la comunidad”. (Sentencia C-038 de 1995).
Al Estado compete mantener a la población civil fuera del conflicto armado- y evitar la abierta vulneración de los artículos 22, 22 A y 214 de la Constitución, entre otros.
No obstante -como lo hemos expresado-, los hechos descritos muestran una vez más que, cuando las normas son puramente teóricas y son superadas por los hechos, claudica el Estado en el ejercicio de sus funciones, entre las cuales está la garantía de un orden jurídico real y eficaz.
A la luz de la Constitución, carece de todo sentido que haya en Colombia zonas del territorio vedadas para los integrantes de la fuerza pública. Según el artículo 217 de la Carta Política, las fuerzas militares tienen como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional. A la Policía Nacional corresponde, según el 218, “el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz”.
El artículo 95 subraya que toda persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes.
El Estado no puede claudicar ante la delincuencia.
Bogotá, D. C, 12 de marzo 2025
*Expresidente de la Corte Constitucional.
Write comment (0 Comments)Estados Unidos practica con los migrantes una especie de esclavitud moderna, que ha sido ampliamente aceptada y en la que los latinos hacen parte de una ecuación perversa, donde sólo ganan los empresarios y la productividad nacional.
Por Humberto Tobón*. - Los empresarios que con tanto entusiasmo votaron por Donald Trump para Presidente de Estados Unidos, están sintiendo el efecto de sus decisiones en materia migratoria, pues los ha dejado sin la posibilidad de contar con suficiente mano de obra barata, que normalmente ha sido usada en trabajos con una alta exigencia física y con horarios de esclavitud.
Los que se han enriquecido explotando a hombres y mujeres venidos de países pobres, están teniendo que contratar nativos norteamericanos, bastante inexpertos en la mayoría de trabajos rudos, a quienes deben pagar hasta tres veces lo que normalmente le cancelan a aquellos.
El trato inhumano que reciben los trabajadores migrantes e indocumentados por parte, especialmente, de los empresarios del sector agrícola, ha quedado registrado en las estadísticas oficiales en varios estados norteamericanos, donde el número de muertes por exceso de trabajo, malnutrición y deshidratación, crece exponencialmente, sin que haya efectos judiciales.
A los problemas de los empresarios del campo se suma la crisis del sector de la construcción, que es altamente intensiva en mano de obra y donde un porcentaje bastante alto de los operarios son migrantes, la mayoría de ellos indocumentados, que se han venido escondiendo de las autoridades para evitar ser deportados. Esos constructores también se han unido a las voces del empresariado pidiéndole al Gobierno Federal que morigere sus políticas migratorias.
Pero más allá de los problemas que viven las economías agrícola, industrial y comercial, está el drama de las familias que requieren los servicios de personal de cuidado y servicios de aseo.
Este ejemplo basta para entender la dimensión del problema que viven millones de hogares. Una familia residente en Chicago, integrada por un ejecutivo nortemaericano, una profesora colombiana nacionalizada, dos niños menores de seis años y una abuela con alzheimer (83 años) y problemas de movilidad, no han podido encontrar cuidadores permanentes en las últimas seis semanas. Quienes prestaban el servicio eran mexicanas y dominicanas, que no volvieron, por temor a ser arrestadas. Los pocos trabajadores que han atendido su requerimientos, lo hacen cobrando tarifas demasiado altas.
Estados Unidos practica con los migrantes una especie de esclavitud moderna, que ha sido ampliamente aceptada y en la que los latinos hacen parte de una ecuación perversa, donde sólo ganan los empresarios y la productividad nacional, dejándoles las migajas a esos ejércitos de trabajadores que apenas sí logran sobrevivir en residencias baratas y barrios peligrosos, tratando de conservar unos ahorros que son enviados como remesas a sus países de origen, buscando aliviar las necesidades de sus familiares.
Aunque el presidente Trump ha dado marcha atrás en algunas medidas arbitrarias que ha tomado, especialmente con los aranceles sobre los automóviles y otros sectores de la economía, su posición de desterrar a los migrantes indocumentados, e incluso a migrantes legales, se ha vuelto mucho más radical e impetuosa.
Pereira, 12 de marzo 2025
Economista, comunicador social y experto en finanzas. Consultor y coordinador del proyecto Objetivo de Desarrollo del Milenio del Programa de Naciones Unidas en Colombia. Actual gerente de la RAP Eje cafetero.
Write comment (0 Comments)Este es uno de los mayores retos que debe asumir el novel Ministro Edwin Palma, con la seriedad y el compromiso que no tuvo su antecesor en el cargo.
Por Amylkar D. Acosta M*. - A partir de la Constitución de 1991 la prestación de los servicios públicos dejó de ser una función que le estaba reservada al Estado y se abrió la posibilidad de que también lo pudieran prestar además las empresas privadas y por comunidades organizadas, tal como las tan mentadas como fementidas comunidades energéticas, así quedó prescrito en su artículo 365. No obstante, dejó establecido que “los servicios públicos son inherentes a la finalidad social del Estado”. De ello se sigue que es el Estado el llamado a garantizar la prestación de los servicios públicos, tal como lo establece la Ley 142 de 1994, con eficiencia, calidad, continuidad y equidad.
Este es el sentido y la razón de los subsidios a los usuarios de los servicios públicos más vulnerables, esto es a los estratos 1, 2 y 3, los cuales quedaron reglamentados en el artículo 99.3 de la Ley 142 de 1994 de servicios públicos, como “un descuento en el valor de la factura”. Ello dio lugar a la creación del Fondo de Solidaridad para Subsidios y redistribución del ingreso (FSSRI) mediante la Ley 286 de 1996. Con el cumplimiento de esta norma Colombia honra su compromiso con el 6º y el 7º de los 17 Objetivos del desarrollo sostenible (ODS), que tiene que ver con el acceso al servicio de agua potable y a las energías renovables.
Y claro, para cumplir con estos dos objetivos se tienen que dar dos premisas, la primera es la disponibilidad, por que nadie puede acceder a lo que no está disponible y la segunda tiene que ver con el poder adquisitivo, que tiene que ver con el ingreso de los usuarios, que dependen a su vez de la tarifa por el disfrute de tales servicios. Como es bien sabido, según la más reciente Encuesta de calidad de vida y el Informe sobre pobreza multidimensional del DANE arrojaron como resultado que el 47% de los hogares (8´460.000 familias) tenían carencias en 5 dimensiones, entre las que se destaca “no tener acceso a fuente de agua tratada”. Y según el más reciente estudio auspiciado por la empresa PROMIGAS sobre la pobreza energética multidimensional en Colombia se pudo establecer que el 16.1% de la población, 8.4 millones de habitantes están en esa condición. Ello es deplorable!
Ahora bien, los subsidios se aplican directamente a los usuarios mediante sus facturas y luego el Gobierno debe realizar los reembolsos mediante procedimientos que aseguran la validez de dicho proceso. No es como afirmó irresponsablemente el saliente Ministro de Minas y Energía Andrés Camacho en el curso de una Asamblea de usuarios del servicio de energía que tuvo lugar en Santa Marta, convocada por él, al espetar, sin pestañear, que “los subsidios por ley se asignan a los estratos 1,2 y 3 y no se les entrega a la gente directamente, se les entrega a través de las empresas. Como la mayoría de las empresas son privadas, entonces se quedan con los subsidios y los administran. La transición debe garantizar que los subsidios lleguen a la gente” directamente.
La realidad es otra, quien “se queda con los subsidios” es el Estado, que tiene la obligación de reintegrárselo a las empresas prestadoras del servicio, que terminan financiándolos al descontárselo a los usuarios en sus facturas quedando a la espera de que el Ministerio de Hacienda les gire el valor causado de los mismos. Y es lo que no se viene haciendo de manera cumplida y diligente abocando a las empresas a dificultades de liquidez, solvencia y de flujo de caja para garantizar el cumplimiento de sus propias obligaciones con sus proveedores, entre ellos, en el caso de la energía, los generadores de energía, que son los que se la despachan a través de contratos que deben honrar y con la banca.
Entre marzo del año anterior y enero de este año se acumuló una deuda de la Nación con las empresas comercializadoras de energía del orden de los $2.8 billones, de los cuales el Ministerio de Minas y Energía sólo ha realizado la liquidación y conciliación por valor de $1.3 billones. Con el gravante de que esta liquidación y conciliación por parte del Ministerio, mientras el Ministerio de Hacienda no gire, no le dan liquidez a las empresas.
Sólo a comienzos de febrero de este año, ante el fuerte requerimiento que le hicieron conjuntamente la Contraloría General y la Procuraduría, advirtiéndole sobre la inminencia de un apagón financiero que podría derivar en un racionamiento en la prestación del servicio, se comprometió el Ministro de Hacienda Diego Guevara a hacer abonos mensuales, a cuenta gotas, que sumarían para el 30 de abril $1 billón. Pero, como cada mes se causan $300.000, que deben ser asumidos por las empresas, ello quiere decir que para entonces la deuda en lugar de saldarse o por lo menos amortizarse se elevará hasta los $3 billones!
A la deuda contraída por parte de la Nación por concepto de los subsidios con las empresas que prestan el servicio de energía se vienen a sumar lo que les debe a las que prestan el servicio de gas natural domiciliario y de GLP, más conocido como gas propano, del orden de los $628.000 millones y $68.000 millones, respectivamente, con el agravante en estos últimos dos casos que dichas empresas no están obligadas, como si lo están las que prestan el servicio de energía, a descontar en las facturas el valor del subsidio en el evento de que el Ministerio de Hacienda deje de girarlo. Dicho de otra manera, ellas, ante la estrechez de caja podrían dejar de aplicarle dichos subsidios a sus usuarios con lo cual la tarifa prácticamente se les duplicaría, atentándose contra el acceso a un servicio tan esencial como estos. Este es uno de los mayores retos que debe asumir el novel Ministro Edwin Palma, con la seriedad y el compromiso que no tuvo su antecesor en el cargo.
Cota, 11 de marzo 2025
*Economista. Expresidente del Congreso y exministro de minas y energía.
www.amylkaracosta.net
Write comment (0 Comments)Es mucho lo que puede pasar antes de que los colombianos acudan a las urnas. Pero todo cuanto suceda con Trump impactará la voluntad de los electores
Por Hubert Ariza*. - Pocas veces la política internacional se ha hecho tan importante para definir el futuro de Colombia. Es un lugar común decir que Colombia es un país andino que ha vivido a espaldas del mundo, concentrado durante décadas en complacer a Estados Unidos, altamente dependiente, aislado en las montañas, perdido en la selva, ensimismado y atascado en sus guerras insurgentes, ejércitos irregulares y economías ilícitas. Con Gustavo Petro en la Presidencia, el país ha explorado, en medio de sus recurrentes crisis internas y falta de gobernabilidad, escenarios de apertura y acercamiento tratando de insertarse de manera más efectiva en la comunidad internacional y ganar aliados en su lucha por una agenda centrada en convertir a Colombia en potencia de la vida.
La agenda oficial en el campo internacional, sin embargo, cambió abruptamente y de manera radical, con el ascenso de Trump. El episodio del enfrentamiento de Trump con Petro, por el tema de los nacionales deportados y la amenaza de imposición de aranceles si no se obedecía, sigue siendo una herida en las relaciones comunes, no sanada del todo.
La avalancha de información global copa ahora la atención de un país acostumbrado a consumir contenidos sobre el conflicto armado interno, la corrupción, la debacle del sistema de salud y la inseguridad urbana, y no sobre la guerra de aranceles desatada por Trump, que sacude el planeta y ha inaugurado una era de incertidumbre y caos que protagoniza, además, un equipo de supermillonarios empoderados, con Elon Musk a la cabeza.
Es imposible para cualquier colombiano no sentir el impacto de lo que acontece más allá de la cotidianidad macondiana de un país afectado por la recurrente tormenta política, que atrofia la democracia y alienta las narrativas de derecha.
La guerra comercial de Trump contra México, Canadá, China y Europa, y su voluntarismo en la definición de un nuevo orden internacional de garrote, exclusión, totalitarismo y amenaza de aranceles a quienes decidan no plegarse a sus dictámenes, han generado una ola de profundas transformaciones económicas, políticas y sociales, que afectan la estabilidad mundial.
La cruzada contra la inmigración ilegal ha mostrado la peor faceta de una extrema derecha ultranacionalista y aislacionista, expansionista e imperialista, que repudia al más débil, lo deshumaniza y lo marca como delincuente e incentiva una verdadera cacería humana, como en las viejas películas del oeste americano, en la que los otrora héroes salían a cazar indios pieles rojas y el más fuerte era el que mataba más “salvajes”. El contador diario de deportados pareciera ser el nuevo símbolo del poder americano de la extrema derecha.
El mandatario de Ucrania, Volodímir Zelenski, atraviesa el infierno de esa nueva política de garrote con la que Estados Unidos ha congelado la asistencia militar y el apoyo político a ese país invadido por Rusia. Trump mostró al mundo, en directo, en uno de los episodios más dramáticos de la diplomacia americana, que está más cercana al invasor que al invadido, echando a Zelenski de la Casa Blancacomo a un indeseable, y ratificando que, desde su óptica, Europa y Ucrania están fuera de cualquier solución de ese conflicto bélico, que lleva más de tres años y ha cobrado cientos de miles de víctimas.
Trump ha obligado el rearme europeo y el despertar militar de Alemania, alentando el resurgimiento de un sentimiento antinorteamericano global, que ha minado la autoridad ética de un país que se vanagloriaba de dar clases de democracia, defensa del libre mercado y los derechos humanos, solo hasta hace unos meses.
El boicoteo a los productos made in USA crece como una respuesta de la sociedad afectada por las decisiones de un presidente que ha convertido los aranceles en el INRI de la integración y el libre mercado.
Trump ejerce un liderazgo en el que promueve el miedo, no el respeto, y se alinea con quienes contribuyan a sus objetivos de ganar mayor territorio, poder económico y militar, dejando atrás la solidaridad, la libertad y la democracia. En el nuevo escenario, China tiene mayores argumentos para expandir su influencia, Rusia aumenta su poder intimidatorio sobre Europa, América Latina parece irrelevante para Washington, excepto cuando el primer mandatario de la potencia habla de expropiar el Canal de Panamá o acceder al petróleo venezolano. Colombia, el principal aliado de Estados Unidos por décadas, tiene, a su vez, dos elementos esenciales para el futuro de la humanidad: biodiversidad y reservas de agua. Los más alarmistas argumentarán que en algún momento Trump también podría querer acceder a esa riqueza, al igual como amenaza con tomarse a Groenlandia por cualquier vía.
El mundo, desde el pasado 20 de enero, parece haber regresado a 1933, cuando la Segunda Guerra Mundial comenzó a fecundarse bajo el liderazgo de un monstruo fascista que decidió devorarse la paz mundial, corriendo las fronteras e intentando borrar de la faz de la tierra a los diferentes. La tercera guerra mundial, el holocausto nuclear, hoy ya no es una hipérbole futurista.
Un elemento que ha impactado a Colombia es la eliminación de la agencia de cooperación americana, USAID, que suprimió más de 400 millones de dólares anuales, afectando la justicia transicional y dejando a la deriva cientos de comunidades empobrecidas y afectadas por el conflicto armado, la depredación de los ecosistemas, la erosión de las libertades. En momentos en que Colombia padece un profundo déficit fiscal, y las gobernaciones y alcaldías viven tiempos difíciles, el presidente Petro ha anunciado, como símbolo de dignidad, que Colombia asumirá los costos de los programas de USAID. Con las arcas vacías parecen solo buenas intenciones en tiempos electorales.
El escenario internacional obliga a Colombia a preguntarse qué tipo de liderazgo necesita para enfrentar la agresiva política arancelaria y de expansión de Trump. ¿Tenemos la Cancillería adecuada para soportar los nuevos tiempos? ¿Existe un plan de fortalecimiento de la diplomacia nacional? ¿Es Laura Sarabia la persona adecuada para ese cargo, atormentada por las denuncias de corrupción que rondan su paso por el Estado? Aunque la política exterior la dirige el presidente de la República, es un asunto que debería convocar a la unidad nacional. Los escenarios futuros son preocupantes. Colombia es una esquina del hemisferio occidental demasiado apetitosa para un espíritu expansionista.
En mayo de 2026 se conocerá el nombre del sucesor de Petro, quien no se siente derrotado y ha volcado todo el Estado en el objetivo de garantizar la reelección de su proyecto político, haciendo un recambio de gabinete, mezclando ortodoxia política y aventurismo revolucionario, usando la televisión nacional como instrumento de posicionamiento y seducción política, invirtiendo en las regiones gran parte de los 500 billones de pesos de presupuesto nacional, y llamando a la gente a las calles para movilizar su electorado y desafiar, desde ahí, a la derecha, que sigue sin reaccionar, con su máximo líder sentado en el banquillo de los acusados.
Es mucho lo que puede pasar en un año, antes de que los colombianos acudan a las urnas. Pero todo cuanto suceda con Trump, con la redefinición de los roles de las potencias y el diseño del nuevo orden internacional, impactará la voluntad de los electores. Esta vez el país tendrá que preguntarse si elige a quien prometa seguir de manera obediente la estrella polar, o a quien tenga la capacidad de comprender la dinámica realidad global y las agallas para defender la soberanía nacional y los intereses vitales, sin arriesgar la libertad, el bienestar y el territorio. El discurso nacionalista estará presente en el debate de 2026, alentando la narrativa de que el imperio contraataca en la tierra del universo del hijo de Aracataca. Y no es realismo mágico, sino hiperrealismo trumpiano, como el que vive hoy Ucrania y sacude a Europa.
Bogotá, D. C, 11 de marzo 2025
*Periodista, internacionalista y analista político.
Tomado de EL País.
Write comment (0 Comments)Con la llegada de Edwin Palma como Ministro se augura que el diálogo y la concertación se restablezcan para bien del sector.
Por Amylkar D. Acosta M*.- Ahora que el Presidente de la República Gustavo Petro, en la recta final de su mandato y con el sol a sus espaldas, resolvió recomponer su gabinete ministerial y luego de la renuncia del titular del Ministerio de Minas y Energía Andrés Camacho y se designó en su reemplazo a Edwin Palma, es propicia la oportunidad para este último le dé un timonazo a la política del sector minero – energético y trate de recuperar el tiempo perdido para el mismo por sus dos antecesores y le imprima la dinámica requerida para sortear la gran crisis en que se debate el Sistema eléctrico y el abastecimiento de gas natural. Este sector que, según el DANE, fue el de peor desempeño el año anterior, con una caída del 5,2%, restándole 0.3 puntos porcentuales al magro crecimiento del 1.7% del PIB. Salta a la vista que en el incumplimiento delatado por el propio Presidente Petro “de 146 de sus 195 compromisos”, la cartera de Minas y Energía tiene un lugar protuberante.
Al final de su pésima gestión frente al Ministerio este queda maltrecho con la barrida de la tecnocracia que inició Irene Vélez y continuó Camacho sin solución de continuidad. Nos dejó una de las dos empresas que presta el servicio de energía en el Caribe (Air e) intervenida y con serios problemas, la otra (Afinia) a punto de tirar la toalla y todas las empresas comercializadoras de energía a punto de un apagón financiero y el riesgo de un racionamiento, como lo han denunciado ellas y lo advirtieron en un pronunciamiento conjunto recientemente la Contraloría General y la Procuraduría, que puede llegar a comprometer la continuidad de la prestación del servicio.
Deja a las empresas comercializadoras de energía con una deuda por concepto de los subsidios por valor de $2.7 billones, suma esta que, si se cumple por parte del Ministerio de Hacienda con los prometidos abonos, se incrementará, en lugar de disminuir, escalando a finales de abril hasta los $3 billones. Además, se va debiéndole a las comercializadoras de gas natural y de gas propano (GLP), por concepto de subsidios, $628.000 millones y $68.000 millones, respectivamente.
Incumplió, además, con la orden que le impartió el Presidente Petro en mayo del año pasado para que titularizara la deuda de los estratos 1,2 y 3 por concepto de la opción tarifaria ($2.8 billones) y de esta manera asumirla por parte de la Nación, la cual han seguido pagando los resignados usuarios. De cumplirse esta promesa presidencial ello ipso facto se reduciría el valor de la factura de energía un 24%! El Ministro Palma viene de desempeñarse como Agente interventor de la empresa Air e, así es que conoce de primera mano las afugias de las empresas comercializadores y es sabedor de la necesidad de que el Ministerio de Hacienda les desembolse la suma adeudada a las empresas prestadoras de los servicios públicos.
Se comprometió a que se tomarían medidas para bajar las tarifas de energía, más sin embargo las medidas tomadas directamente desde su despacho y/o desde la CREG no lo han logrado, sólo han servido de espejismo. Y ante su fracaso en su fementido propósito terminó por convencer al Presidente Petro de que las altas tarifas que estamos pagando los usuarios son “ilegales” pues las atribuyen a la especulación por parte de los generadores, contra quienes la han emprendido. Pese a su alarde, para embaucar incautos, de estar como Ministro “del lado de los usuarios”, también con ellos quedó en deuda.
Su negacionismo lo llevó a negar la escasez de gas, pues para él se trataba de un caso de “acaparamiento” irregular y al descartar la escasez no vio necesaria las importaciones para cubrir la demanda esencial (residencial, comercio e industria), la que se viene dando desde el 1 de diciembre y a consecuencia de ello se elevó la tarifa que pagan los usuarios de gas del interior del país entre el 20 y el 36%, la cual considera “injustificada” y lo atribuye a la especulación de parte de las empresas, lo cual derivó en el atropello por parte de las superintendencias de industria y de servicios públicos , desatando una cacería de brujas contra las empresas y lo más grave contra NATURGAS, que es el gremio que las representa.
Fue incapaz de poner en marcha los parques eólicos en La Guajira, le dijo al país que “no hay proyectos suspendidos” cuando todo el país sabe que la mayoría de ellos han sido abandonados por las empresas desarrolladoras de los mismos. Ello es muy grave porque su entrada en operación habrían contribuido a la confiabilidad, a la firmeza en la prestación del servicio y desde luego también a que los usuarios pudieran sentir un alivio en las tarifas que tanto los agobia.
Lo más preocupante para el sector es que a lo errático de la gestión ministerial, se sumaron los mensajes y señalamientos temerarios inculpando a los generadores de energías y últimamente a las empresas distribuidoras de gas como especuladores y responsabilizándolos de las altas tarifas, al extremo de llevar al Presidente Petro a afirmar temerariamente que las tarifas de energía que se cobra a los usuarios son “ilegales”, mientras el Ministro afirma que el alza en las de gas son “injustificadas”, amén de la actuación de las superintendencia de servicios públicos y la de industria, han creado un clima de hostilidad hacia las empresas y hacia el empresariado del sector. Con el agravante de que varias medidas que se han tomado desde el Ministerio, mediante decretos y resoluciones y/o resoluciones de la CREG atentan contra la seguridad jurídica y la confianza inversionista.
Entre las decisiones que deberá acometer sin tardanza el novel Ministro están entre otras: con carácter urgente, además de destrabar la ejecución de los proyectos en curso, abrir dos subastas, una de reconfiguración y otra de expansión de la capacidad de generación para evitar el déficit de oferta de energía en firme (OEF) que, según la Unidad de planeación minero – energética (UPME) se tendrá el próximo año. La pronta ampliación de la capacidad de regasificación, para poder responder al creciente volumen de gas importado, dado que la SPEC se tornará insuficiente a muy corto plazo.
Finalmente, con el Ministro Camacho los gremios del sector se perdió la interlocución entre el sector privado y el gobierno, ni siquiera acudió a las convocatorias que le hicieron los organismos de control. Con la llegada de Edwin Palma como Ministro se augura que el diálogo y la concertación se restablezcan para bien del sector. En ello él, que ha sido un curtido luchador sindical, tiene una amplia experiencia y le ayuda su talante proclive a llegar a acuerdos, partiendo del reconocimiento, rindiéndose ante la evidencia, de la existencia de los problemas en lugar de soslayarlos y mimetizarlos, que fue cuanto hizo el ex ministro Camacho.
Barranquilla, marzo 1 de 2025
*Economista. Expresidente del Congreso y exministro de minas y energía
www.amylkaracosta.net
Write comment (0 Comments)El problema no es solo de seguridad ciudadana, sino de seguridad nacional y soberanía territorial.
Por José Félix Lafaurie Rivera*.- Ayer el Consejo Gremial Empresarial (sic) le dijo (sic) una gran mentira a los colombianos. Que había una crisis de violencia”. Ese fue el trino acusador del presidente Petro al Consejo Gremial Nacional, respaldado por el cuestionado exministro Velásquez, quien se despidió afirmando que la situación de orden público “no es tan dramática” y que los hechos de violencia se “maximizan” para desprestigiar al Gobierno.
Graves acusaciones; primero, porque el comunicado del CGN, en ninguna parte afirma que haya una “crisis de violencia”, aunque rechaza los actos de violencia y terrorismo en Cúcuta, una capital que tuvo que declarar toque de queda; en Chocó, donde los habitantes están aterrorizados, y en el Catatumbo, que vive una crisis humanitaria sin precedentes.
Segundo, porque el Consejo Gremial no inventó nada; su rechazo está basado en la información que el país conoce por los medios. Sin embargo, el presidente, en un segundo trino, lo acusa de “desinformar a la opinión pública” y hasta de superficialidad: “La paz necesita datos objetivos y seriedad”.
Tercero, porque la gran mentira no está en reconocer y rechazar una realidad evidente de violencia, sino quizás en tratar de ocultarla o de desestimar su gravedad ante el país. No es cierto, como afirma el presidente, que la “violencia se mide por tasa de homicidios”, que puede haber disminuido durante su gobierno, pero la violencia no es solo una contabilidad de muertes…
Violencia es el temor de ser asaltado en una calle o extorsionado por bandas que venden dizque seguridad en campos y ciudades; violencia es la influencia de grupos armados ilegales en 809 municipios, como denunció la Defensoría del Pueblo. En Chocó, por ejemplo, aunque la Fuerza Pública recorrió los ríos e hizo presencia en los poblados para evitar mayores desgracias, no pudo evitar la desgracia, esa sí mayor, de sentir vulnerada la libertad de movilización, el derecho a educarse, a ganarse el sustento…, a vivir sin temor, porque el objetivo del paro armado es sembrar terror paralizante, el mismo que tiene confinados y desplazados a miles de pobladores del Catatumbo.
Y cuarto, porque esa evidente crisis de violencia tiene un factor común: el Eln, la razón por la que el Gobierno se aferra a desestimar la actual escalada de violencia, porque reconocer el estado terminal de las negociaciones con ese grupo criminal es un golpe a su política de Paz Total.
Ahora bien, el problema no es solo de seguridad ciudadana, sino de seguridad nacional y soberanía territorial. La “guerra total” de los violentos ya no es para derrocar gobiernos, sino entre ellos para controlar territorios y proteger rentas ilícitas, sometiendo por el terror a la población, instrumentalizando, por las buenas o por las malas, a Juntas de Acción Comunal, minorías étnicas y “organizaciones comunitarias”; capturando recursos y votos en gobiernos locales y departamentales.
Por eso la guerra del Eln contra quienes le disputan el control del corredor oriental fronterizo, ruta de la cocaína hacia el mundo a través de Venezuela, donde solo es perseguido de boquilla por su aliado, un dictador armado, asustado y expansionista, que representa una amenaza para la soberanía nacional. Ni qué decir de la guerra en el corredor occidental (Chocó – sur del Valle, Cauca, Nariño y Putumayo), por la minería ilegal y la coca con salida al Pacífico.
El país está siendo acorralado y, si vamos a las causas, la innegable crisis de violencia tiene una todavía cercana: la gran mentira histórica, el asalto a la democracia y el engaño de la paz estable y duradera de Santos y las Farc. Por eso estamos como estamos.
Bogotá, D. C, 1 de febrero 2025
*Presidente FEDEGAN
@jflafaurie
Write comment (0 Comments)
Soluciones son las que debe ofrecer al pueblo -que tanto dice amar- el presidente Petro en sus agotadoras peroratas de temas tan diversos e incompresibles.
Por Gabriel Ortiz*. -El mundo económico y financiero enfocó a Colombia como una temeridad, un riesgo, si de invertir se trata, ante la inestabilidad que registra día a día, desde cuando el progresismo y el cambio asumieron el gobierno en agosto de 2022.
JP Morgan, el banco más grande y poderoso de Estados Unidos, en su último informe sobre estabilidad dirigido a los inversionistas del mundo, ha divulgado serias preocupaciones en torno al clima que se respira en materia económica, social y política, en nuestro país.
“No es momento para mirar a Colombia para invertir, porque no existen impulsores fundamentales y sustanciales en el horizonte. Hay riesgos locales y externos que deben monitorearse antes de cualquier decisión”.
Y el tema se adentra en otros preocupantes temas económicos como la existencia de las más altas tasas de política monetaria de la región (9’5%) y la persistencia de presiones fiscales que golpean con dureza.
Se refiere este informe, a la reforma pensional aprobada por el Congreso y que hoy analiza la Corte Constitucional. La califica de inconveniente para los inversionistas, porque “establece que las entradas de capital al sector privado se reduzcan a la mitad. Resta así menor dinamismo en el patrimonio”.
Agrega que las amenazas arancelarias y de inmigración anunciadas por Trump, podrían conducir a una mayor volatilidad del mercado, al tiempo que las monedas e ingresos fiscales aumentarían, si se aplica un incremento a la producción petrolera.
El ministro de hacienda Diego Guevara, al conocer el informe del JP Morgan, explicó que la economía colombiana sigue siendo estable y atractiva. Como prueba de ello, reveló que las subastas de TES son muy apetecidas.
Claro que el informe de JP Morgan se refirió a la inestabilidad política, la inseguridad y demás aspectos que constriñen a la población.
De todos es sabido que el 75% del territorio nacional, está bajo el dominio de algo así como 45 grupos guerrilleros, que ordenan a su antojo paros armados que lesionan a los habitantes de las más pobres y desvalidas regiones. Les impiden la producción en grandes extensiones de tierras cultivables, mientras que las dedicadas a coca y marihuana permanecen en plenas cosechas. Las fuerzas del estado, han sido frenadas en su acción, al reducirles los presupuestos y expedir normas que favorecen a grupos guerrilleros, extorsionistas, narcotraficantes, subversivos, delincuentes comunes y agitadores.
El análisis del JP Morgan, hace una reflexión sobre la caótica situación de Colombia y el estado actual de las cosas, al considerar que las elecciones del 2026, podrían convertirse en un potencial capitalizador e impulsor de los mercados, la economía y en general de la situación social.
La apreciación del JP Morgan, es igual a la que se desprende de otros analistas sobre la caótica situación que vivimos y que no sabemos si pueda ser superada en el futuro que necesitamos, urgimos y requerimos.
Soluciones son las que debe ofrecer al pueblo -que tanto dice amar- el presidente Petro en sus agotadoras peroratas de temas tan diversos e incompresibles.
BLANCO: La valentía de la gobernadora del Chocó Nubia Carolina Córdoba, al dirigirse a Petro para defender a su departamento y a su gente. Petro la despereció… solo la miró y se fue.
NEGRO: El ministerio de salud, sigue burlándose de la Corte. Nada que aporta el dinero que impida más muertes de colombianos.
Bogotá, D. C, 27 de febrero 2027
*Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional. Telematinal y Notisuper.
Write comment (0 Comments)Página 8 de 351
 
                     
						







