Opinión
En una democracia se ejerce el poder político a nombre del pueblo -titular de la soberanía-, no en el nombre de la persona que lo tiene a cargo transitoriamente, aunque se trate del elegido para desempeñar la jefatura del Estado y del gobierno.
Por José G. Hernández*. -Cada vez resulta más claro que, cuando el ejercicio del poder político se personaliza, rompe el orden institucional, desestabiliza al Estado en lo interno y genera enfrentamientos y rupturas a nivel internacional. Lo estamos viendo en el caso de los Estados Unidos, en donde, en pocos días y desde sus primeras decisiones y políticas, Donald Trump ha mostrado evidentes tendencias autoritarias, generando pugnacidad, guerra comercial, choques y protestas, no solamente en el interior del país, sino en el plano internacional.
Se ha iniciado una campaña contra los migrantes, en especial provenientes de México, Colombia y Venezuela. Se ha facultado a las autoridades federales para capturar y deportar a miles de personas en esa condición, aunque no hayan sido inculpadas o acusadas de haber cometido delitos, partiendo del equivocado supuesto según el cual todo migrante, por el hecho de serlo, es un criminal o un narcotraficante, aunque no hayan sido condenados, con carácter preventivo, desconociendo abiertamente la presunción de inocencia, que cobija a toda persona, con independencia de su nacionalidad y de su situación como residente. Un migrante indocumentado no necesariamente es delincuente.
En desarrollo de esa política, han llegado y siguen llegando a varios otros países -entre ellos Colombia- latinoamericanos, cientos de migrantes deportados. Según medios internacionales, se los transporta en aviones norteamericanos en cuyo interior han sido maltratados, atados de pies y manos -aunque no estén procesados ni condenados-, solamente por ser migrantes. Tal fue el motivo del crudo enfrentamiento -en redes- entre los presidentes norteamericano y colombiano, afortunadamente superado por vía diplomática.
Se han adoptado decisiones como la de gravar con aranceles a productos provenientes de China, Canadá y México. En cuanto a México, se llegó a un acuerdo transitorio con la presidenta Claudia Sheinbaum para aplazar la medida -que era inmediata- pero tan solo durante un mes. De igual forma, y por el mismo período de tiempo, con Canadá, según anunció su primer ministro, Justin Trudeau. Hasta ahora, se ha informado que se mantiene la decisión sobre aranceles a China, desde luego con la correspondiente respuesta de retaliación.
Al momento de escribir estas líneas se conoce que el presidente Trump ha decidido suspender Usaid, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, medida que perjudicará a Colombia y a otros países.
En una democracia se ejerce el poder político a nombre del pueblo -titular de la soberanía-, no en el nombre de la persona que lo tiene a cargo transitoriamente, aunque se trate del elegido para desempeñar la jefatura del Estado y del gobierno. Precisamente, los principios democráticos defendidos por Locke, Montesquieu y Rousseau, plasmados en las constituciones, enseñan que ya no hay gobernantes absolutos, sino mandatarios que cumplen funciones delimitadas y señaladas de manera expresa por las normas. Así que no es la voluntad, el deseo o el capricho del funcionario lo que prevalece, pues las épocas de los faraones, príncipes y emperadores han quedado en el pasado.
Es verdad que Trump fue elegido por amplísima mayoría sobre la exvicepresidenta norteamericana Kamala Harris, pero sujeto a la Constitución y las leyes del país, no para que haga su voluntad, como si de un monarca se tratara, sobre la población; ni tampoco para hostilizar a los gobiernos, habitantes y empresarios de otros países.
Bogotá D. C, 5 de febrero 2025
*Expresidente de la Corte Constitucional
Write comment (0 Comments)El martillo de la insolencia de Maduro y del Eln seguirá golpeando el yunque culposo e ingenuo del gobierno colombiano.
Por Juan Camilo Restrepo*. -En un enigmático trino comentando el comunicado de las fuerzas armadas venezolanas sobre los alcances del encuentro de nuestro Ministro de Defensa con el de Venezuela en la frontera común, el presidente Petro escribió: “Solo basta ir a la práctica juntos. Martillo y yunque. Que no desfallezca el martillo, que se endurezca el yunque”.
No queda claro si Colombia es el martillo o el yunque, pero de lo que no cabe duda es que nuestro gobierno resolvió legitimar el gobierno de Maduro permitiendo este inoportuno encuentro de ministros de la Defensa en plena crisis humanitaria del Catatumbo.
¿Qué acordaron en concreto el ministro Padrino López y nuestro titular de la cartera de defensa el ministro Velásquez? No se sabe nada en concreto, fuera de unas consabidas frases de cajón que pronunciaron después de la entrevista.
¿Se comprometió Venezuela, por ejemplo, a perseguir y a capturar los jerarcas del Eln que viven en el vecino país y a quienes a estas alturas hasta la parsimoniosa fiscalía colombiana ha solicitado su detención levantando las órdenes de captura que los protegían? Nada de eso se dijo en la famosa reunión López-Velásquez.
Los ejercicios militares del régimen madurista, los tanques, el despliegue intimidante de cohetes, la provocadora movilización de gente armada a lo largo de la frontera, los sobrevuelos de los Sukoi sobre Cúcuta, todo esto no fue más que una payasada del régimen de Caracas que anda asustadísimo de lo que pueda ser la reacción del nuevo gobierno Trump ante un gobierno que no fue legítimamente electo, y sobre cuya probidad llueven sospechas. Y quiere que Colombia le haga de telonero calmándole el ataque de pánico que según se ha sabido reina en el palacio de Miraflores.
Como payasada es también que el Ministro de la Defensa del país bolivariano nos venga a decir que su presencia es para ayudar en la dolorosa crisis humanitaria que sufre Colombia, o que se compromete a impedir que las fuerzas guerrilleras, como el Eln, sigan operando a sus anchas en el vecino país. Como lo vienen haciendo desde hace casi tres décadas.
La única manera de creer que esto no es una nueva broma será cuando veamos esposados a los jerarcas del Eln conducidos a un vuelo en Maiquetía para ser entregados en extradición a las autoridades colombianas. Todo lo demás es una payasada más.
Eta era también un grupo subversivo “multinacional” que operaba entre los territorios vascos de Francia y de España. Fue solamente cuando estos dos países resolvieron coordinar a fondo sus servicios de inteligencia y de policía cuando se logró doblegar a Eta.
Mientras el régimen chavista siga instalado en Venezuela, y Colombia no tenga la fuerza persuasiva ni el coraje moral para de exigir de parte de Venezuela una cooperación a fondo para desvertebrar al Eln, seguiremos viendo el espectáculo menesteroso de una guerrilla que anda como pedro por su casa por el territorio venezolano, preparando incursiones arrogantes como la que hemos presenciado en el Catatumbo en los últimos días.
Mientras tanto, el martillo de la insolencia de Maduro y del Eln seguirá golpeando el yunque culposo e ingenuo del gobierno colombiano.
Luego de que los estruendosos aviones Sukoi, de fabricación rusa, irrumpieron sobre el cielo colombiano, el presidente Petro divulgó otro trino diciendo orondamente que era él quien había dado la autorización para que los amenazantes aviones de guerra del vecino país aparecieran sobre el espacio aéreo colombiano.
Lástima que los servicios de la Casa de Nariño no alcanzaron a advertir a nuestro jefe de Estado (tan complaciente con Maduro, pero tan desinteresado por las normas jurídicas de nuestro país) lo que dice el articulo 173-4 de la Constitución: “Son atribuciones del Senado… permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República”.
Bogotá, D. C, 3 de febrero 2025
*Abogado y Economista. Exministro de Estado.
Write comment (0 Comments)Su falta de juicio lo conduce a mancillar, degradar y recortar presupuesto a las fuerzas del orden. Desconoce hacia dónde vamos.
Por Gabriel Ortiz*.- Los golpes blandos esos de los que tanto denigra el presidente Petro lo obligaron, sin percatarse, a posar sus rodillas en tierra frente a Trump, el mandamás de los Estados Unidos. La madrugada del domingo se apoderó de la X, para invadir la Internet con sus incoherentes trinos. No encontraba tema tras ese ajetreo que lo agobió durante el vuelo entre Ahiti y Bogotá.
Necesitaba expulsar mortificaciones y ultrajes al gobierno norteamericano y reclamar airadamente a Trump, por el trato indigno que daba a los colombianos que deportaba por carecer documentos. No dudó en prohibir el aterrizaje de los dos aviones que los trían.
Antes le había pedido a Trump lo invitara a un Whisky, y desapareció como suele hacerlo para eludir situaciones engorrosas. Ahí se inició la tremolina y jaleo que amenazaba a Colombia con las más violentas sanciones económicas. Aranceles inalcanzables, desertificaciones, suspensión de visas, desafueros a los colombianos aquí y allá.
El canciller Murillo, el embajador García-Peña y la nueva canciller Laura Sarabia, tuvieron que asumir las riendas de un país camino a la destrucción. No tenían otro camino ante la desaparición del jefe y le dieron un “golpe blando”, pero fiel y respetuoso.
Láura, mostró todas sus calidades y fortalezas. Ubicó cuanto pudiera aminorar la tragedia que se cernía sobre el país y su gente. Ubicó a los miembros de la Comisión Asesora de Relaciones exteriores, tan abominada por Petro, a los expresidentes -incluido- Uribe que estuvo listo a ayudar, a los parlamentarios, a los directores de todos los partidos políticos, a los gremios económicos, a la industria y sector financiero. Era necesario encontrar inmediata salida a la crisis a la que nos condujo semejante irresponsabilidad.
En la medida en que pasaban las horas y los manejadores del “golpe blando”, desembarraban los desatinos y disparates, el autor de la crisis seguía en la sombra… desaparecido.
Quienes conocían los alcances de la hecatombe, las consecuencias y los altos costos para el país, su economía, la empresa privada, el TLC y la ciudadanía en general, formaban frentes comunes que pudieran ir avanzando hacia un proto arreglo. Se puso en juego toda la diplomacia, en la cual es experta Colombia, para borrar el graso error, que resonó en el mundo. La Celac que había sido citada, por Petro dejó solo. A nadie se le hubiera ocurrido “dar papaya” a quien se ha convertido en el hombre más poderoso del mundo.
Las aguas se han calmado y seguramente saldremos de la tormenta, pero grave que el Presidente continue trinando, sin ton ni son, desconociendo que tuvo que arrodillarse ante Trump y los norteamericanos, mientras culpaba, como siempre, a los periodistas de sus torpezas… y creyendo hoy, que 30 millones de colombianos siguen sus pésimas orientaciones. Está notificado: el golpe blando aparecerá en cualquier momento.
Petro, tan defensor de la dignidad, no se ha enterado de la situación, que soportan nuestros compatriotas en el Catatumbo y en el 35% del país que están bajo el poder de las guerrillas que él ampara. Su falta de juicio lo conduce a mancillar, degradar y recortar presupuesto a las fuerzas del orden. Desconoce hacia dónde vamos.
BLANCO: El ultimátum de la Corte al gobierno, para que aporte lo que la salud de los colombianos requiere.
NEGRO: Se lanzó como candidato a la presidencia para el 26, David Luna. Frena así los planes de Petro de “victimizarse para impedir las elecciones.
Bogotá, D, C, 1 de febrero 2025
*Periodista. Exdirector del Noticiero Nacional, Telematinal y Notisuper.
Write comment (0 Comments)De poco o nada servirán las marchas para “bajar las tarifas de energía”.
Por Amylkar D. Acosta M*. - El Gobierno ha sido errático en su política energética, que tiene sumida en una crisis inducida al sector. Recordemos que, en septiembre de 2022, el Presidente Gustavo Petro anunció, en respuesta a la inconformidad de los usuarios por las altas tarifas, que intervendría a la CREG para bajarlas, insinuando con ello que esta era la responsable de la espiral alcista de las tarifas. Ello no le fue posible porque el Consejo de Estado le dejó en claro que él no podía suplantar a la CREG, pues tiene sus propias competencias por ministerio de la Ley.
Pero, a poco andar la CREG quedó en sus manos, con la posibilidad de nombrar en propiedad a los 6 expertos comisionados que hacen parte de la misma, como lo manda la Ley 142 de 1994 de servicios públicos. En lugar de ello, contumazmente, insiste en nombrarlos en calidad de encargados y de contera sin que, algunos de ellos cumplan con los requisitos, razón por la cual la CREG se ha mantenido en permanente interinidad y lo que es peor sin quorum para tomar sus decisiones, en momentos en los que más se requiere contar con ella.
Ha afirmado el Presidente que las alzas en las tarifas obedece a la especulación por parte de las empresas generadoras, dando lugar a precios exorbitantes en la Bolsa de energía o Mercado mayorista. Sin embargo, hasta la fecha no se conoce una sola investigación por parte de la Superintendencia de Servicios públicos, que fue creada para defender al usuario o de la Superintendencia de industria y comercio, que está obligada a intervenir cuando se presentan casos de abuso de posiciones dominante. Incluso afirmó que Colombia era el único país en donde no era el Estado quien regulaba las tarifas sino las empresas. Lo cual es falso de toda falsedad, esa es función de la CREG. No pasa de ser una falacia.
Más recientemente, en mayo del año anterior el Presidente Petro, en respuesta al clamor de los usuarios, sobre todo en la región Caribe, anunció que la Nación asumiría la deuda que por concepto de la Opción tarifaria tienen los estratos 1, 2 y 3, aproximadamente $2.8 billones de un total del saldo de $4.5 billones. De asumirse la deuda de la Opción tarifaria, esa sí sería una forma efectiva de bajar las tarifas a los más vulnerables, que son la inmensa mayoría de los usuarios, porque representan, particularmente en la región Caribe, más del 80% de estos. Con tal medida se podría reducir el costo de la factura de energía en un 24%, aproximadamente.
De manera que de poco o nada servirán las marchas para “bajar las tarifas de energía”. Con ello solo se va a botar corriente y es una cortina de humo para ocultar la incompetencia y la negligencia por parte del Gobierno al no encarar este problema con diligencia y seriedad. Bien se ha dicho que es más fácil hacer política con las tarifas que formula una política de tarifas. Y menos anuncios como el del Presidente Gustavo Petro para animarlas de que tiene entre manos “una nueva fórmula tarifaria, que una empresa que se llama XM no está aplicando”. Ello no pasa de ser un espejismo!
Riohacha, febrero 1 de 2025
*Economista. Expresidente del Congreso y Exministro de Minas y Energía.
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Funcionarios, medios y analistas -en Estados Unidos y en Colombia- tratan a toda persona migrante o indocumentada como si, por serlo, fuera criminal o delincuente. No es así.
Por José G. Hernández*- En una auténtica democracia, toda persona, por el hecho de serlo, es titular de la dignidad humana y de los derechos esenciales a ella inherentes. El Estado y las instituciones no han sido concebidos para lesionar esa dignidad o para permitir o propiciar que los derechos sean desconocidos o vulnerados, sino -al contrario- para ejercer el poder que detenta al servicio de su garantía y protección.
En tal sentido, desde la Declaración francesa de 1789, se expresó: “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos” (Art. 1). “La finalidad de cualquier asociación política es la protección de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre” (Art. 2).
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, proclamó: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. (Art. 01).
El artículo 1 de la Constitución colombiana de 1991, al enunciar los fundamentos esenciales del Estado, señala como el primero “el respeto de la dignidad humana”.
La Corte Constitucional, en reiterada jurisprudencia, ha sostenido que la dignidad humana es un valor de primer orden, un principio fundante y un derecho fundamental. Por tanto, concibe su plena garantía como un elemento insustituible del sistema jurídico. La Corte “ha identificado tres lineamientos claros y diferenciables: (i) la dignidad humana entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar un plan vital y de determinarse según sus características; (ii) la dignidad humana entendida como ciertas condiciones materiales concretas de existencia; y (iii) la dignidad humana entendida como intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e integridad moral o, en otras palabras, que los ciudadanos puedan vivir sin ser sometidos a cualquier forma de humillación o tortura. Frente a la funcionalidad de la norma, este Tribunal ha puntualizado tres expresiones de la dignidad humana entendida como: (i) principio fundante del ordenamiento jurídico y por tanto del Estado, y en este sentido la dignidad como valor; (ii) principio constitucional; y (iii) derecho fundamental autónomo” (Sentencia T-291 de 2016).
Reiteramos estos conceptos porque, al parecer, se olvidan o ignoran, tanto por los gobiernos como por los medios de comunicación, los comentaristas y las redes sociales. De otra manera no se explica que, en estos días, políticos y periodistas -e inclusive abogados- hayan orientado sus análisis y mensajes hacia el rechazo y la crítica al Gobierno por haber exigido -con toda razón-, al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un trato digno y respetuoso de los derechos fundamentales de migrantes colombianos deportados en desarrollo de las nuevas políticas norteamericanas sobre migración. El reclamo ha debido formularse por vía diplomática, no por "X", pero era válido en su contenido.
Reiteramos que toda persona tiene derecho a que se le respete su dignidad y los derechos humanos.
Funcionarios, medios y analistas -en Estados Unidos y en Colombia- tratan a toda persona migrante o indocumentada como si, por serlo, fuera criminal o delincuente. No es así. Pero, aunque lo fueran y estuvieran privadas de la libertad, procesadas o condenadas, tienen derecho a que se les respete su dignidad y se garanticen sus derechos esenciales.
Bogotá, D. C, 29 de enero 2025
*Expresidente de la Corte Constitucional
Write comment (0 Comments)Se espera una inundación del mercado petrolero y como consecuencia de ello una caída de la cotización del precio del barril de petróleo, lo cual tendrá un gran impacto directo en la economía colombiana, dado que este es, de lejos, el primer renglón de sus exportaciones.
Por Amylkar D. Acosta M*. - Como era de esperarse el arribo nuevamente al Salón oval de la Casa blanca del Presidente de los EEUU Donald Trump ha significado un viraje de la política ambiental de la potencia del Norte, tomando distancia de la Transición energética emprendida por Obama y secundada por Biden, después del bache que significó la primera administración Trump con respecto al compromiso adquirido derivado del Acuerdo de París de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), al renegar del mismo en 2017.
Investido del poder arremetió contra el legado de su antecesor con una andanada de órdenes ejecutivas mediante las cuales anuló 67 de sus medidas y promulgó 25 de su propia cosecha. Entre estas dispuso el retiro, otra vez, del Acuerdo de París, el cual se lo notificó a las Naciones Unidas a través de una misiva que lleva su rúbrica, alegando que EEUU no puede continuar “dilapidando” el dinero de los contribuyentes estadounidenses girándoselo a otros países que “no lo necesitan o no lo merecen”. En su discurso de posesión habló de “liberar” al sector energético y con tal fin declaró la emergencia nacional en materia energética, con el firme propósito de relanzar y reactivar los proyectos tanto mineros como hidrocarburíferos en todo el territorio estadounidense, sin excepción.
En el curso de su campaña electoral, que terminó con su elección a la Presidencia de la República, Trump fue enfático en plantear en materia de hidrocarburos su consigna de “perforar, perforar y perforar”. Lo reiteró en su discurso de posesión: EEUU tendrá “la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país del planeta y vamos a utilizarlo”. Con ello busca un mayor y mejor posicionamiento de los EEUU en el mercado petrolero haciéndole contrapeso a la OPEP, lo que le permitirá influir mayormente en los precios del crudo, que busca abaratarlos y con ello reducir costos a su industria y de paso meter en cintura la temida inflación.
De ello se sigue que se levantarán todas las medidas expedidas por el ex presidente Biden que limitaba la exploración y explotación de hidrocarburos en áreas protegidas. Siendo el mayor productor de crudo del mundo, con 13.2 MMBD y uno de los mayores exportadores, con 3.99 MMBD, al soltarle las riendas a la industria petrolera se espera una inundación del mercado petrolero y como consecuencia de ello una caída de la cotización del precio del barril de petróleo, lo cual tendrá un gran impacto directo en la economía colombiana, dado que este es, de lejos, el primer renglón de sus exportaciones.
Con la declinación de las reservas, la baja de la producción y la caída del precio de las decrecientes exportaciones por parte de Colombia, caerá también el ingreso de divisas, la Nación recibirá menores dividendos de parte de ECOPETROL, caerá el recaudo de impuestos de renta proveniente de la industria petrolera y las entidades territoriales verán diezmados sus ingresos provenientes de las regalías que pagan las empresas petroleras.
Además, el marginamiento de los EEUU del Acuerdo de París, es un rudo golpe a la acción climática tendiente a la descarbonización de la economía global y significará también un alejamiento de las metas y los compromisos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de cara al 2030, para contener la amenaza del Cambio climático. Tanto más, en cuanto que los EEUU es el segundo país con mayor responsabilidad de las emisiones de GEI a nivel global, después de China.
En este contexto, se torna aún más irrelevante la posición del gobierno de Colombia, que decidió descartar la firma de nuevos contratos de exploración y producción de hidrocarburos y fue más lejos al firmar el Presidente Gustavo Petro, en el marco de la COP 28, el Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles, comprometiéndose a no seguir explorando y explotando el petróleo. Todo ello, supuestamente, como una contribución a la lucha contra el Cambio climático, que tiene en Trump uno de sus más reconocidos negacionistas, pues para él no es más que un “fraude”, un cuento chino que se inventaron para que la economía china le saque ventaja a la de EEUU.
Colombia terminará quedándose con el pecado y sin la gracia, pues la caída de su producción y de sus exportaciones de petróleo, igual que ha venido ocurriendo con el carbón que Colombia ha dejado de exportar, serán compensadas con creces por la mayor producción (17.6 veces la de Colombia) y las mayores exportaciones (10 veces las de Colombia) por parte de EEUU, en un mundo que sigue consumiendo con avidez los combustibles de origen fósil.
La Ley de Keynes es implacable: toda demanda crea su propia oferta, de la cual se sigue que mientras haya quien consuma carbón y petróleo habrá quien los produzca. De hecho en los últimos tres años lejos de aminorar la demanda por ellos, como se piensa con el deseo por parte del actual gobierno, se han registrado records históricos consecutivos. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la curva de la demanda por crudo sólo se estará aplanando más allá del año 2030. Como diría el Nobel de la Literatura el mexicano Octavio Paz, quienes así piensan están a las afueras de la realidad!
Cota, enero 25 de 2025
*Economista. Expresidente del Congreso y Exministro de Minas y Energía.
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Write comment (0 Comments)Va a ser muy difícil que Trump cumpla sus promesas económicas, pero la magia de las redes sociales le permitirá seguir mintiendo con impunidad.
Por Mauricio Cabrera Galvis*. -Ha reaparecido la “economía vudú”, es decir las propuestas de política económica irreales o simplistas, que se supone tienen efectos mágicos o milagrosos en la economía, sin tener en cuenta los riesgos involucrados ni los efectos colaterales como las del candidato Ronald Reagan en 1980.
Ahora, el premio nobel de economía, Paul Krugman, afirma que muchas de las promesas electorales de Trump son una nueva generación de “economía vudú”: son mentiras que no se van a cumplir, y si lo hacen no hay magia que le sirva para alcanzar los objetivos planeados y si van a tener efectos contrarios.
Para “hacer grande a América otra vez” en materia económica Trump ha prometido bajar los precios, crear un millón de empleos y reducir los déficits gemelos, el fiscal y el externo.
Estos objetivos son impecables. El problema son los instrumentos que propone usar Trump; los más destacados son aranceles a las importaciones, recorte de impuestos a los ricos junto con recorte de programas públicos, deportar millones de inmigrantes y producir más petróleo.
La receta de recortar impuestos con la esperanza que esto acelere el crecimiento y genere mayor recaudo tributario que disminuya el déficit fiscal, es el ejemplo clásico de la “economía vudú”, que ha fracasado y ha llevado a grandes aumentos del déficit fiscal. Para no repetir ese fracaso la magia que ahora propone MAGA es la subida de aranceles a las importaciones.
La propuesta es agresiva: un arancel general de 10% a todas las importaciones, 25% a las provenientes de México y Canadá y 60% a las de China. Trump dice que este arancel es un impuesto que pagarán los extranjeros. Los mismos asesores del convicto presidente reconocen que es una medida imposible de aplicar porque generaría retaliaciones de todos los países.
Pero aún si se lograra imponer estos aranceles, es un gran error pensar que es un impuesto que pagarán los extranjeros; por el contrario, son un sobreprecio que pagarían los consumidores norteamericanos en los bienes importados, o en los domésticos que utilizan materia primas importadas. En otras palabras, presionarían la inflación en contra de la otra promesa de bajar los precios.
En cuanto al millón de nuevos empleos no parece factible en un país con una tasa de desempleo de 4% que para efectos prácticos se considera casi de pleno empleo. Lo que si sería posible es la sustitución de trabajadores tratando de llenar las vacantes que dejen los millones de inmigrantes ilegales deportados con inmigrantes antiguos ya legalizados. El problema es que esos que hoy se consideran nativos no están dispuestos a trabajar por los bajos salarios que les pagan a los chicanos y sudacas. O suben los salarios, presionando la inflación o se cae la producción por falta de trabajadores.
En economía no hay magia, vudú, ni almuerzos gratis. Va a ser muy difícil que Trump cumpla sus promesas económicas, pero la magia de las redes sociales le permitirá seguir mintiendo con impunidad.
Cali 25 de enero 2025
*Filósofo y Economista. Consultor.
Write comment (0 Comments)La guerrilla ha hecho el milagro de resucitar a la extrema derecha y darle jaque mate a la solución negociada del conflicto armado interno en lo que queda del primer gobierno de izquierda en 200 años
Por Hubert Ariza*. -El año 2025 ha comenzado en Colombia en medio del terror de la guerra. Desde las selvas del Catatumbo, en el departamento del Norte de Santander, frontera con Venezuela, se escucha el grito desesperado de la población civil inerme que ha sido perseguida, masacrada, desplazada, amenazada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) un grupo guerrillero surgido en 1964 en el apogeo de las ideas guevaristas y la Revolución cubana. Esa organización hoy se ha envilecido y degradado, ha sepultado cualquier vestigio revolucionario, perdido su legitimidad política y, ante los ojos del país y el mundo, aparece como un aparato terrorista, sanguinario, asociado a las economías ilícitas, auspiciado por el régimen venezolano, que ha protagonizado uno de los más graves episodios nacionales de violación a las normas del derecho internacional humanitario de las últimas décadas y parece condenado a sumarle a su derrota política, la militar, así como al sometimiento de su cúpula a los tribunales como criminales de guerra.
Entre la tragedia de Machuca, del 18 de octubre de 1998, cuando volaron un tramo de un oleoducto en Segovia (Antioquia), que causó la muerte de 84 personas y heridas a muchísimas más, y la toma sangrienta del Catatumbo, en 2025, que deja un saldo parcial de decenas de muertos y cerca de 40.000 desplazados, el ELN ha cremado cualquier rezago de ideología y razón.
Esa guerrilla ha hecho el milagro de resucitar a la extrema derecha guerrerista y darle jaque mate a la solución negociada del conflicto armado interno en lo que queda del primer gobierno de izquierda en 200 años. Si el desafío armado de las FARC y su demencia militarista dio vida política y llevó al poder a Álvaro Uribe y permitió el fortalecimiento del paramilitarismo, durante varias décadas, el ELN pareciera estar en vía de aniquilar la reelección de la izquierda, en 2026, convirtiéndose en el gran elector de la derecha.
El ELN, además, está reemplazando a las FARC como el mayor objeto de odio de los colombianos ―de izquierda o derecha― hastiados de sus métodos criminales, ataques a la democracia y desprecio a las ofertas de paz de este y otros gobiernos. En tiempos de redes sociales e inmediatez de la información, las imágenes virales que circulan, tomadas por sobrevivientes de la tragedia en el Catatumbo, muestran montañas de cadáveres de civiles ejecutados por el ELN, recogidos en volquetas por los sobrevivientes, así como combates entre ejércitos irregulares, sometimiento de la población, desplazamiento en medio del terror, ante un Gobierno nacional que ratifica la fragilidad de su aparato de inteligencia, su incapacidad de controlar el territorio, contener a la ilegalidad y proteger a la sociedad civil, mientras el presidente daba órdenes desde Haití y República Dominicana, donde andaba en misión oficial.
En un país con una fuerza pública disminuida en sus capacidades y, en especial, los servicios de inteligencia, es imposible impedir este tipo de tragedias. Las alarmas debieron encenderse a tiempo para proteger a la sociedad civil y fortalecer la respuesta de la fuerza pública ante la amenaza de una masacre. Esta acción ha aumentado, además, la temperatura del conflicto en la frontera con Venezuela, acusada de ser protagonista del fortalecimiento militar del ELN y de prestar su territorio para la movilización de miles de guerrilleros desde el departamento de Arauca, que arribaron para desarrollar ese plan de exterminio.
Venezuela se convierte así en actor principal de una narrativa de guerra irregular contra la democracia colombiana, usando, además, al ELN como retaguardia armada en la frontera binacional, ante un supuesto ataque contra su soberanía por parte de grupos paramilitares o fuerzas invasoras patrocinadas por Washington. La tragedia humanitaria del Catatumbo coincide, asimismo, con demostraciones de poder militar del régimen venezolano, que desplegó sus poderosos aviones Sukhoi, que sobrevolaron la frontera mientras Diosdado Cabello, el deslenguado ministro del Interior, daba declaraciones del otro lado de la frontera, a pocos kilómetros del Catatumbo. Maduro suma así más puntos para que Trump aumente el monto de la recompensa por su captura y Venezuela alcance la categoría de aliado del terrorismo.
Toda esta situación ha elevado la desconfianza ciudadana en la capacidad de reacción de las Fuerzas Militares, que acusan una fragilidad latente. Colombia, en estos primeros días del año, pareciera volver a las épocas pasadas en que era percibida como un Estado fallido en poder de las FARC, los paramilitares, los narcos y la podredumbre de la clase política aliada con la criminalidad. Pareciera como si el tiempo no hubiera pasado y disminuyera la calidad de la democracia y la búsqueda de la paz estuviera condenada al fracaso. Son tiempos de dolor y desesperanza, y, por supuesto, de una creciente percepción de ausencia de liderazgo para superar la crisis humanitaria y responder el desafío del ELN.
El discurso de la paz total hoy, más que nunca, suena vacío, estéril, inane. Los halcones del ELN han aniquilado la paloma de la paz, y empoderado a la derecha, que está de fiesta con la llegada de Trump y su narrativa de garrote y autoridad. La izquierda democrática aparece arrinconada por la crueldad de la extrema izquierda armada narcotizada, convertida en verdugo de la democracia y la reconciliación.
Con el estruendoso fracaso de la política de paz total, el país ha dado un salto al pasado. A los peores años de la Violencia, de los años cincuenta, con sus métodos crueles de exterminio del adversario, en una tragedia humanitaria que dejó más de 300.000 muertos. La máquina de la muerte está más activa que nunca y los desafíos a la democracia aumentan con la posibilidad de que la guerra interna se profundice y la puerta de la salida negociada quede cerrada por décadas.
En la campaña electoral de 2002 los colombianos eligieron a Uribe para que respondiera con fuerza los abusos de las FARC. Ahora, con Trump en el poder y una eventual arremetida de Estados Unidos contra Maduro, la frontera pareciera ser el teatro de una guerra interminable que pone a prueba la democracia colombiana. El péndulo de la derecha viene de regreso a Colombia. La seguridad ha logrado desbancar a otros temas de las prioridades de los electores, que al momento de votar ya no pensarán en cómo castigar a la clase política corrupta, ni cómo garantizar las políticas sociales, sino cómo someter a la delincuencia del ELN, desideologizada y perdida en la mente criminal del narco, que ha condenado a la caneca de la basura de la historia toda la literatura del heroísmo guerrillerista de esa organización.
En el Catatumbo, el presidente Petro lucha por no perder el rumbo de la paz. Para su desgracia, cualquier discurso de reconciliación suena hoy hueco: el ELN masacró la paz y cruzó la frontera hacia la guerra total. Y no hay vuelta atrás. Ya su lema no parece ser vencer o morir, sino morir sin vencer.
Bogotá, D. C, 25 de enero 2025
*Periodista, internacionalista y analista político.
Tomado de EL País.
Write comment (0 Comments)Atrás queda la política de corresponsabilidad que marcó la ayuda a Colombia contra el narcotráfico, reemplazada por la seguridad nacional, los intereses políticos y la predisposición de Trump hacia un Gobierno de izquierda y aliado de dictadores.
Por José Félix Lafaurie Rivera*. - Son tres temas que ocupan la atención de la opinión pública y están directamente relacionados. Empecemos entonces por el Catatumbo. Norte de Santander es uno de los cuatro departamentos con más de 30.000 hectáreas de coca.
El Catatumbo, con más de 27.000 hectáreas y Tibú, con más de 22.000, son la región y el municipio con mayor área sembrada y, por eso mismo, con presencia de grupos armados ilegales. Adicionalmente, limita con Venezuela y es corredor para la cocaína que sale al mundo por ese país.
En cuanto al Eln, es la última guerrilla comunista del país, con presencia histórica en el Catatumbo y 50 años de negociaciones fallidas.
Hoy es un grupo narcoterrorista binacional, que funge en Venezuela como grupo paramilitar aliado del régimen, aunque el régimen lo niegue, y en Colombia como un grupo armado ilegal, aunque insista en su condición “subversiva”.
En dos años de negociaciones con un Gobierno de izquierda, afín a la ideología que dice tener, las torpedeó con una estrategia de negociación, incumplimiento y violencia, que derivó en la suspensión de los diálogos por el ataque a la base de Puerto Rondón, supeditando su reanudación a una manifestación inequívoca de voluntad de paz que el Eln se negó a dar.
Aun así, el Gobierno insistió en los diálogos, pero la respuesta fue una guerra salvaje con las disidencias de las Farc por el control territorial para preservar sus actividades ilícitas y su condición binacional, que le permitió movilizar tropas desde Arauca, con saldo de 80 muertos y 32.000 desplazados.
Epílogo: El Gobierno suspende las negociaciones, el presidente declara que el Eln no tiene voluntad de paz y la fiscal reactiva órdenes de captura contra su delegación, anunciando que cualquiera de los 31 negociadores puede ser capturado en Colombia o en el exterior, con lo cual el proceso queda literalmente sepultado.
¿Qué tiene que ver Trump? En su discurso afirmó que los carteles serán calificados como “organizaciones terroristas extranjeras”, y una de sus órdenes ejecutivas declaró emergencia nacional para abordar el peligro de estas organizaciones que trafican drogas con violencia extrema y funcionan como entidades cuasigubernamentales en vastas regiones de sus países.
De otra parte, la demanda de cocaína en Estados Unidos sigue creciendo y Colombia provee el 90%. Por ello, frente a la orden ejecutiva que suspende la asistencia extranjera por 90 días para su evaluación, enfrentamos el riesgo de una mala calificación, pues el área sembrada aumentó 10%, hasta 253.000 hectáreas en 2023, y la producción potencial de cocaína 53%, hasta 2.664 toneladas.
Atrás queda la política de corresponsabilidad que marcó la ayuda a Colombia contra el narcotráfico, reemplazada por la seguridad nacional, los intereses políticos y la predisposición de Trump hacia un Gobierno de izquierda y aliado de dictadores.
Un cambio extremo de contexto que tendrá consecuencias.
Bogotá, D. C, 25 de enero 2025
*Presidente de FEDEGAN
Write comment (0 Comments)Por ello no vacila en declarar sin reservas que la Edad de Oro de los Estados Unidos está comenzando ahora mismo con su gobierno.
Por Fernando Cepeda Ulloa*. - "Medimos nuestro éxito no solamente por las batallas que ganaremos sino también por las guerras a las cuales les pondremos fin y quizás, mucho más importante, las guerras en las cuales nunca participaremos. Mi legado del cual me sentiré más orgulloso será el de un pacificador y un unificador. Eso es lo que yo quiero ser un pacificador y un unificador". "Nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo que ha estado furioso, violento y totalmente impredecible" (la traducción de estos y otros párrafos es mía).
Muchos dicen que Donald Trump es un presidente enemigo de la globalización. En mi opinión es un crítico del orden internacional existente, del multilateralismo que ya ofrece muy pocas soluciones. Trump concibe un nuevo orden, eso sí, presidido por Estados Unidos. Porque tiene una noción sobre su país, sobre América, que lo lleva a pensar qué su nación no solamente es la más ambiciosa del mundo, sino que no hay ninguna nación que se le compare. Y por ello hace una descripción de los Estados Unidos que es la base de la grandeza que él quiere reconstruir.
Vale la pena recoger las líneas que sintetizan esa situación. "Los americanos son exploradores, constructores, innovadores, emprendedores y pioneros. El espíritu de frontera está escrito en nuestros corazones. La vocación de la próxima gran aventura resuena dentro de nuestras almas.
Nuestros ancestros americanos convirtieron un pequeño grupo de colonias en el borde de un continente vasto en una República poderosa con los ciudadanos más extraordinarios de la tierra. No hay ninguno que se le acerque. Los americanos desarrollaron miles de millas a través de una tierra complicada y de un salvajismo difícil. Ellos cruzaron desiertos, escalaron montañas, desafiaron peligros indecibles, ganaron un Occidente Salvaje, terminaron la esclavitud, rescataron a millones de las tiranías, sacaron a millones de la pobreza, desarrollaron la electricidad, lograron dividir el átomo, lanzaron la humanidad hacia los cielos y pusieron el universo del conocimiento humano en La palma de la mano. Si trabajamos juntos, no hay nada que no podamos hacer y no hay sueño que no podamos lograr".
Y así sigue describiendo las grandes realizaciones de ese país en todos los campos hasta llegar a mencionar “la construcción de los ferrocarriles, la construcción de rascacielos, de grandes autopistas, de haber ganado dos guerras mundiales, de haber derrotado el fascismo y al comunismo y haber triunfado sobre cada uno de los desafíos particulares que tuvieron que enfrentar".
Por ello no vacila en declarar sin reservas que la Edad de Oro de los Estados Unidos está comenzando ahora mismo con su gobierno. Por eso no duda en anunciar que Estados Unidos tendrá el ejército más poderoso del mundo y anuncia lo mismo con referencia a otras materias incluido el proyecto de plantar la bandera de Estados Unidos en el planeta Marte.
Es indispensable destacar la impecable transición que pudimos observar. Un contraste formidable con la que el propio presidente Trump impidió en el 2021 al desconocer la legitimidad del presidente Biden y que tuvo como uno de sus eventos más deplorables la insurrección del 6 de enero. No sorprende que hubiera perdonado, en uno de sus primeros actos de gobierno, ahora, a quienes han sido imputados o sentenciados por los actos violentos que se cometieron en esa deplorable fecha. La de este 20 de enero es un ejemplo excelente y que enaltece, ante todo, al presidente Biden que no obstante los tremendos ataques que formuló el expresidente Trump, a lo largo de su presidencia y, ahora, en el discurso de inauguración tuvo un comportamiento de una admirable serenidad y cortesía. Lo propio se puede decir de los otros expresidentes que participaron en la ceremonia de posesión.
Bogotá, D. C, 25 de enero 2025
*Analista Político, Catedrático. Exministro de Estado
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